Capítulo 3

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*Esta es una introducción a los personajes, para conocerlos un poco mejor y añadir nuevos*

Los días antes de que empezara la universidad me los tomé con calma. Quedé con Holm para comer y descubrí muchas cosas. Tiene 30 años y cumple los 31 el 6 de agosto, a penas en dos semanas. Es uno de los profesores de universidad más jóvenes, empezó a dar clase hace dos años, justo al acabar su doctorado. Le gustan mucho los gatos y tiene dos gatas, una llamada Io con el pelaje blanco con manchas y otra llamada Calipso, de color negro. Io era bastante cariñosa, se acercó a mí el día que llegue a su casa por primera vez, pero a Calipso la gustaba estar sola y casi no se dejó ver, justo como en el mito. Mi tío también era muy fan de la mitología griega, así que como a mí me gusta la egipcia intercambiamos historias. Me contó sobre la historia de Io, y el de Calipso ya lo conocía.

Me estuvo contando también que sabía un poco de español y cuando me habló tenía casi mejor pronunciación que yo. Dijo que era porque su hermano se había esforzado mucho en aprender ese idioma y él acabó teniendo interés, además que con mi madre solo podía hablar español, así que era bueno saber un poco. Aproveché para preguntarle de su relación con mi padre. Entre ellos había quince años de diferencia, así pensé que no se conocerían muy bien y no tendrían mucha relación. Pero mi padre había inspirado mucho a su hermanito, y este siempre había seguido sus pasos. Ahora era un químico reconocido y podía estar orgulloso de pertenecer a la familia Holm.

Se dio cuenta que cada vez que le llamaba usaba un nombre diferente, así que me pidió que le llamara como más cómodo me pareciera. Pensé que llamarle simplemente tío sería lo más normal, pero teniendo en cuenta que sería mi profesor de química, pensé que llamarle Holm tanto fuera como dentro del ámbito de estudio sería lo mejor. Además, Elina siempre lo llama así, así que será más fácil no confundirse.

También quedé con Elina y los demás. Me hablaron de su equipo de hockey, Ridroit. Había empezado hace tres años. Antes de ser profesor de universidad mi tío decidió comenzar un negocio para ganar dinero. Como era un muy buen jugador decidió entrenar a otros y crear su propio equipo. Los primeros en apuntarse fueron Antón y Vidar, con dieciséis y diecisiete años. Dante se apuntó ese año un poco más tarde. Al año siguiente se apuntaron el resto, que eran Lucas, Marco, Jesper, Oliver y Magnus y Axel.

A Axel y Magnus les conocí un día antes de empezar la universidad, cuando llegaron de sus vacaciones. Los dos tenían la edad de Vidar, veinte años, y eran muy agradables. Eran bastante altos, pero Magnus más que Axel. Este último tenía una media melena teñida de rubio casi gris, mientras que Magnus tenía un castaño natural, tan largo que lo llevaba recogido en coleta.

Lo más curioso del equipo es que, aunque no sea un equipo universitario, compite contra universidades. Cada uno del equipo trabaja o estudia en ámbitos diferentes, y solo Marco, Oliver, Jesper y Axel van a la universidad, aunque para los tres primeros es su primer año, como para mí. Elina dice que se han quedado en el equipo por el cariño que le tienen, porque en la universidad tienen su propio equipo y otros miembros de Ridroit se habían cambiado.

Elina me dijo que ella estudiaba en una academia y estaba aprendiendo español y chino, además de estar mejorando su nivel de inglés. Quería trabajar de traductora y para eso hay que tener mucho nivel.

Lucas estaba ahorrando dinero para poder abrir su propio restaurante, mientras trabajaba en el Kafé con Dante. Él decía que no le hacía falta formación, solo experiencia, y llevaba dos años trabajando para ello. Marco iba a empezar a estudiar este año un grado internacional de economía y empresariales para poder montar el negocio con Lucas. Son amigos desde pequeños y siempre han sabido que querían dedicarse a esto.

Jesper y Oliver iban a estudiar los dos derecho, creo que porque Jesper siempre ha tenido su sentido propio de la justicia y Oliver sigue a Jesper en todo lo que hace. Antón trabajaba en la tienda de su familia y no tiene estudios más allá de la ESO, pero siempre quiso llevar la tienda un paso más lejos y hacer una franquicia.

Vidar estaba ahorrando dinero para poder entrar a la universidad trabajando en un supermercado. Su familia no tenía dinero suficiente para enviarle, así estaba trabajando para conseguir sus estudios. Axel empezaría su tercer año en la carrera de historia y política y Magnus seguiría estudiando en la academia de policía.

Todos en el equipo tenían sus propios sueños y metas, al igual que yo, y los unía un deporte, el hockey sobre hielo.

Los días antes de empezar también aproveché para conocer un poco la ciudad. Deambulé un poco por las calles cercanas a mi residencia y encontré supermercados y tiendas que estaban cerca. También descubrí que Elina Y Antón vivían muy cerca mío, dos calles más abajo y que Axel vivía en el mismo edificio que yo. Él nació en Gotland, una isla en el Mar Báltico, y vino a estudiar aquí hace dos años, así que también tuvo que alquilar una de las residencias de la Universidad. Él fue quien me enseñó el camino más rápido a la Universidad, como funcionaban las lavadoras de la planta baja y me presentó al resto de inquilinos. No hubo ninguno que se interesara realmente por mí, pero al menos sabría quién es quién si me los encontraba.

 Además, tenía una hermana de mi edad que iba a estudiar biotecnología, así que coincidiríamos en las clases. Me prometió que me la presentaría el primer día. Su hermana, que se llamaba Vivian, estaba compartiendo piso con su amiga, que también estudiaba en la universidad, así que no vivían juntos.

Me paseé por el centro, donde estaba la tienda de Antón, y era verdaderamente grande. Vendían todo tipo de productos, lo que me vino muy bien porque aún no tenía todo lo necesario para mi nuevo apartamento. Su familia fue muy amable conmigo y me ayudaron a encontrar lo que necesitaba.

También proveché para visitar el museo de arte que estaba cerca. Me acompañaron Elina, Lucas y Marcos, que querían ir al restaurante de al lado, conocido por su buena comida y servicio. Allí probé por primera vez comida sueca preparada por profesionales. De primero comí köttbullar, que eran unas albóndigas pequeñas acompañadas por puré de patata, guisantes y salsa de arándanos. De postre comimos todos unos kanelbulle, que son unos bollos de canela riquísimos. Estaba todo delicioso.

El lunes empezarían las clases, y estaba un poco nerviosa, pero confiaba en que, aunque fuera un ratito, Axel y su hermana estarían allí.

Ridroit HockeylagDonde viven las historias. Descúbrelo ahora