Capítulo 4

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*Holm cuando le interrumpen en clase*

Por fin llegó el primer día de clases. Me desperté pronto, me duché y arreglé, y desayuné unas tostadas con mermelada. Cogí mi mochila que había preparado el día anterior y salí para encontrarme con Axel en el rellano.

- Buenos días Cris, ¿preparada?

- Eso espero – dije nerviosa.

Caminamos juntos hasta el recinto de la universidad. Él estudiaba historia y política así que tampoco podía acompañarme hasta mis clases.

- He quedado con mi hermana aquí, pero me tengo que ir ya que voy a llegar tarde. Vivian es alta y tiene el pelo oscuro y largo, la reconocerás enseguida.

- Bueno, pues espero verte luego

- Chao Cris

Y sin más se fue corriendo por donde habíamos venido. Casi al mismo tiempo apareció por otro lado una chica que encajaba con la descripción de Axel. La chica iba arreglada, con el pelo recogido en un moño trenzado. Andaba hacía el banco donde estaba esperando y se fijó en mí. Tenía unos ojos ámbar, como los de su hermano, que me registraron de arriba abajo antes de sonreír y acercarse a mí. Al parecer es común en Suecia hacerlo, ya me empezaba a acostumbrar.

- Hola, ¿eres Cris?

- Sí, tu eres Vivian, asumo

- Por favor, no me llames así, solo lo hace mi hermano. Llámame Vivi. – dijo extendiendo la mano

- Pues encantada Vivi – estreché su mano y cogí mis cosas del banco. – ¿Vamos a clase?

- Que remedio

Fuimos a la primera clase y luego a la segunda. Después teníamos un descanso de diez minutos antes de la próxima clase, que aprovechamos para comer algo.

- Ya estoy agotada y solo llevamos tres horas – dijo Vivi mientras se bebía un zumo.

- Estoy igual, sí que hemos empezado fuerte el primer día.

- Ojalá fuera verano aún, así podría estar en la playa.

- ¿A dónde fuiste de vacaciones?

- Pues pasé cinco días en la costa sur de Francia y luego fui a España, una zona que se llama Valencia, durante una semana

- ¿Y qué te pareció mi país natal? – pregunté sabiendo que la confundiría

- ¿Eres española? No tenía ni idea, mi hermano no me dijo nada

- Yo tampoco le dije nada a él.

 - Pues tienes un acento muy bueno.

- Vaya, gracias – dije riéndome

- Pues es un país muy bonito y caluroso, pero prácticamente no salí de la playa, así que no sé cómo es más allá de la costa de mi hotel. Lo que sí sé es que la gente era súper amable.

- Parece una buena primera impresión.

- Sí, estoy deseando volver el año que viene. – De repente me miró y me dijo emocionada: – ¡Oye! ¿Y si nos enseñas tú el resto? Así podemos conocer España desde el punto de vista de un autóctono.

- Me gustaría, pero yo soy de Madrid y me conozco solo mi zona. Por supuesto es precioso, tiene muchos museos y monumentos espectaculares, pero no tenemos playa.

- Bah, no importa, la cultura tampoco viene mal – dijo riéndose. – Si quieres ver playa vente a mi isla. Mi pueblo no está en la costa tampoco, pero se llega en quince minutos en coche. Eso sí, hace un frío horrible, los únicos que he visto que son capaces de bañarse son los del equipo de mi hermano y él mismo.

Ridroit HockeylagDonde viven las historias. Descúbrelo ahora