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"Te dije que no te preocupes, pero tal vez eso sea una mentira"
|Billie Eilish.

Desde aquella cita la relación entre Timothée y Ginger había cambiando para bien o para mal. Ninguno sabía cómo expresar lo que sentía y trataban de evadir el tema.
Aunque los dos creían estar "enamorados", pero el miedo les impedía gritarlo a los cuatro vientos,pues ninguno quería perder ese lazo que los unía.

Las siguientes semanas, ninguno de  los dos habló ni mucho menos se quedaron de ver en su sitio al que solían llamar "Maravilla, nuestra maravilla", aquellas tardes ya eran sólo recuerdos que vagaban entre aquellas fotografías y esos pedazos de papel que contenían los versos de Timothée.

Era extraño no verse, no hablarse ni mucho menos escribir juntos, eso que alguna vez los mantenía unidos.
Nadie había dicho nada, Timothée tenía la necesidad de compartir lo que le había ocurrido pero esa sensación extraña al verla le provocaba cierta incertidumbre, incertidumbre que no le permitía hablarle.
Pretendía escribirle una extensa carta sobre lo ocurrido, sobre lo que le hacía sentir, pero al verla aquella tarde en la biblioteca hablar con un chico y sonreír como sonreía con él, le apachurro el corazón.

Las inseguridades mezcladas con malentendidos, retenía a los enamorados.

Él chico empezaba a creer que "la cita", había sido una mala idea, para ambos, porque de alguna forma su amistad estaba rota.

Fue hasta las vísperas del cumpleaños del pelinegro que Ginger se acercó a él, para organizarle una pequeña reunión, desde luego reunión en la que estaban invitados Lexie, Froy (su nuevo amigo)y Rose la mejor amiga de Froy.

— No debiste hacerlo Ginger.

—  Tonterías, debía hacerlo es mi deber como tu amiga.

Y esa palabra "amiga", le caló hasta los huesos, y se limitó a sonreír ante lo dicho. Porque él no consideraba sólo una amiga a Ginger en cierta forma le había tomado cariño, pero no el tipo de cariño que uno le tiene a un amigo.

— Por cierto él es Froy y Rose, supongo que a Lexie ya la conocías.

— Mucho gustó a todos, y gracias por esto.

— No agradezcas, Cookie insistió.

— ¿Cookie?-dijo desorientado.

— Si él me dice así de cariño, ya sabes por "galleta de jengibre"-explicó la chica algo ruborizada.

— Oh.

Debía aceptar que para ese momento la sangre le hervía y los nervios estaban a niveles inimaginables, porque él sabía que Ginger no era de aceptar apodos así como así, tenías que llevar demasiado tiempo para que ella te lo permitiera.
Además "Cookie" le parecía demasiado ridículo.

— Hola Timothée, yo soy Rose.

— Hola Rose.

— Vamos a comer-interrumpió Ginger,algo disgustada.

Esa acción le había causado una especie de asombro, pues Ginger no era una persona que se molestará con facilidad.

La tarde continuó con normalidad, entre risas y conversaciones entre amigos, si es que se le podían llamar así.
Al finalizar la reunión, todos se despidieron y a petición de Timothée, Ginger se quedó para conversar con él.

— ¿Entonces qué querías decirme?-interpelo la chica.

— Es sobre lo que nos pasó.

— ¿Qué nos pasó?.

— Los mismo llevó preguntándome estas semanas, no sé qué se supone que hice mal, pero después de la cita nos distanciamos.

— Es complicado Timothée.

— Se que lo es, pero yo sólo pensé que tú y yo estábamos funcionado.

— No te refieras a nosotros como un par de máquinas, que en automático reacciónan.

— Y no lo hago, simplemente.

— Debía tomarme un tiempo, entiende que esto es nuevo para mí.

— Claro un tiempo, y en es tiempo conociste a Froy.

— Si, él me sirvió de ayuda para aclarar mis pensamientos.

— Así que ahora son ¿novios?.

— Para nada, somos amigos y nada más.

— "Amigos", ¿cómo lo eramos nosotros?.

— ¿A qué te refieres?.

— Le gustas a Froy.

— Eso es mentira, ¿por qué lo dices?.

— Te mira de la misma forma en la que yo te miro, como lo más preciado, lo más hermoso e importante lo único que le da sentido a la vida.

— Timothée y-o.

— Tranquila, lo mejor es que me vaya, así le dejaré el camino libre.

— Espera, yo te quiero y...

— Pero no me amas y si así fuera jamás serás capaz de aceptarlo.

Él chico después de lo dicho salió del lugar y continuó su paso, con miles de sentimientos aguardando dentro de su corazón, aquel frío y frágil corazón que le pertenecía a Ginger.

📍Los quiero infinitamente.
Atte:persona escribiendo en cualquier parte del mundo.

El cliché de Timothée. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora