Capítulo XV

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                                   CAPITULO XV

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                                   CAPITULO XV

  Noah apenas podía respirar, nunca antes había corrido de esa manera con el peso de otra persona en sus hombros; la luna se encontraba en lo más alto del cielo, no sabía exactamente por cuánto tiempo había estado corriendo, bien podían haber sido horas, pero había dejado atrás la aldea, de eso estaba seguro. Los únicos sonidos que se escuchaban eran los de la naturaleza, los árboles batiendo sus ramas contra el viento, que silbaba en sus oídos una especie de balada taciturna; las aves nocturnas con ojos brillantes que parecían luciérnagas en la noche sin estrellas, y los pocos animales que aún rondaban entre los árboles y matorrales escondiéndose de la oscuridad o mimetizándose con ella.

  Había corrido en la única dirección que conocía, hacia el único lugar en el cual nadie los buscaría, hacia el límite de Petrova, justo antes de entrar a la tierra de los salvajes. Se detuvo respirando con dificultad; Eli había dejado de luchar contra él a mitad de camino, así que la bajó suavemente y la depositó de pie sobre la tierra.

  Elektra estaba furiosa y humillada, nadie la había tratado nunca de esa manera; era capaz de protegerse a sí misma sin que tuviesen que tratarla como una niña pequeña; una vez que Noah la soltó clavó su mirada colérica en él y golpeó con fuerza contra su mejilla. El chico gimió de dolor y sorpresa llevándose la mano hasta el rostro.

  —Se puede saber a qué demonios se debe eso — Bramó furioso clavando la mirada en la chica.

  —Eso, fue por haberme cargado en hombros en contra de mi voluntad — Exclamó, y con su pie izquierdo pisó fuertemente el de Noah, que chilló nuevamente mientras brincaba en un solo pie — Y eso por el beso del lago.

   —¿Qué demonios? — Exclamó dando un paso atrás alejándose de Eli — ¿Podrías dejar de golpearme?

  —¡Eres un imbécil!

  —¡Un imbécil que acaba de salvarte la vida! — Gritó — ¡De nuevo!

  Elektra estaba furiosa, la rabia por haberla llevado en hombros, más la furia que llevaba rato conteniendo por lo que había sucedido con Irina, hicieron implosión finalmente en ella.

  —¿Para qué me besaste si después ibas a besar a Irina? — Espetó colérica.

  Noah la miró sin comprender, no entendía cómo habían llegado de repente a eso. Hacía apenas unos minutos habían estado huyendo de la milicia, tratando de mantenerse a salvo, y ahora le estaba recriminando por el estúpido beso que le había dado a Irina.

  —¿De qué estás hablando?

  —Sabes muy bien de lo que estoy hablando — Espetó — Me besaste en el lago, y un día después vas y besas a Irina ¿A qué demonios estás jugando?

La Regente (Petrova) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora