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-Adelante -dijo Kim cuando el potencial comprador tocó la puerta. -Buenos días, Mingyu. -saludó una voz que le resultó familiar. -¿Wonwoo?- -Te acabo de dar una linda sorpresa, ¿no?- -Yo diría inesperada. ¿Qué haces aquí? Toma asiento -le indicó el más alto. -Vine a comprar cosas para mi nueva casa. Sabes que admiro todo lo relacionado al arte. -Jeon le guiñó un ojo mientras se sentaba. -Sabes que la venta de obras no es mi área, pero me dijeron que lo haga esta vez porque tú lo pediste. No creo que quieras sólo comprar.- -Tanto talento que tienes y sigues desperdiciándolo en este lugar. Tenía la esperanza de llamar y que me dijeran que ya no estabas, pero sigues trabajando aquí así que vine contigo para recordar los viejos tiempos.- -Concuerdo con lo de viejos. ¿Viniste a recordarme cómo me dejaste sin aviso para irte del país a seguir con tu carrera? Porque lo recuerdo bien por mí mismo.- -
Eso está en el pasado. Ahora estoy aquí para quedarme.- -Pues me alegro por ti. Yo ya no tengo nada que ver.- -Vamos, Mingyu... Estabas demasiado enamorado de mí.- -Vuelvo a estar de acuerdo contigo. Lo estaba, Wonwoo, tiempo pasado.- -Eso no se olvida.- -Lamentablemente no, pero te superé hace rato.- Mientras Kim intentaba atajar las indirectas de su ex novio, el jefe del museo fue a pedirle a Minghao que les lleve los papeles que hacían falta para consolidar las ventas. -Es famoso, así que ve. No todos los días nos visita alguien así. -le dijo. -¿Pero simplemente voy y se los dejo? -preguntó el chino. -Sí. Solo dile a Kim que llene los espacios en blanco con la información pertinente.- -Bueno. -asintió Xu y se encaminó hacia la otra oficina. -¿Cómo te puedes sentar en este escritorio cada día sin recordar la noche en que trabajaste hasta tarde y cuando te vine a buscar lo hicimos aquí mismo? -Wonwoo se acercó a Mingyu por encima de la mesa. -¿Qué más tengo que hacer para que entiendas que no quiero estar contigo?- -Te juro que cambié.- -Qué bueno. Seguro puedes hacer a alguien más muy feliz entonces.- -Pero te quiero a ti. -Jeon dio la vuelta al escritorio y se sentó sobre la falda del otro. -Esto no es apropiado, vete, por favor. Sino tendré que llamar a seguridad y no creo que ser arrastrado fuera del edificio sea bueno para tu fama.- Luego de que Mingyu dijera esas palabras, todo pasó más rápido de lo que su cerebro pudo procesar: Wonwoo lo besó, Minghao entró por la puerta, tiró los papeles que llevaba en la mano y salió corriendo. -¿Y esa quién era? ¿Tienes una nueva perra o qué? -rió Jeon. -Te lo pedí amablemente, pero te metiste con lo más importante que tengo y eso no te lo voy a perdonar, maldito enfermo. -el más alto presionó un botón del teléfono y pronto dos tipos corpulento aparecieron. -Sáquenmelo de encima y llévenselo. -les indicó y luego corrió tras su novio.