"bendito sea el destino que nos unió"
Atenea es una chica consiente de su situación, alguien que sirve a un mundo donde la magia convierte cualquier cosa en realidad, aunque siente que las cosas que desea están lejos de su alcance, todo parece cambi...
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𝙰𝚝𝚎𝚗𝚎𝚊 𝚙𝚎𝚛𝚜𝚙𝚌𝚝𝚒𝚟𝚎
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El sueño y yo jamas nos hemos llevado bien, a veces parece que hasta soy alérgica a él porque siempre e tenido problemas para dormir, papá dice que podía ser algo producto de la ansiedad que me causo vivir en un orfanato durante 10 largos años. Tampoco tengo ningún recuerdo claro antes de ser adoptada, casi como si mi cerebro hubiera decidido que no era importante preservar esas memorias porque iba formar nuevas y mejores con mi nueva familia, en ese entonces solamente era Cora, Ares y yo junto a un William Grazzer a punto de casarse con Rosy Rosier.
Para nosotros ella era como una madre incluso si jamás se caso con papá.
Realmente no puedo quejarme por la vida que e llevado hasta ahora, todo lo que tengo y todo lo que soy se lo debo a ellos y estoy eternamente agradecida con el amor y apoyo que me brindaron, pero no puedo evitar sentir curiosidad por mi pasado, quienes son mis padres en verdad, porque me abandonaron y donde estarán ahora.
Me gustaría saber de donde vengo.
No suelo ser una persona de pesadillas, es entendible cuando el tiempo que más e durado dormida son 5 horas e incluso cuando tengo esa suerte suele haber pequeños lapsos entre cada hora en las que me despierto unos minutos, incapaz de apagar mi cerebro para darle el descanso que merece, solo recuerdo haberme sentido tan cansada durante mi época de exámenes finales y el entrenamiento de magia simultáneamente, fue tan agotador que incluso tuve que tomar medicamentos para que mi lado humano estuviera bien y fuera capaz de seguir de pie.
Por eso, cuando me vi a misma en un lugar extraño no pude evitar sentir miedo. Estaba oscuro, parecía ser una casa a punto de derrumbarse, las paredes estaban agrietadas y se veian muy desgastadas, había polvo y telarañas por doquier, el piso de madera crujia ante el más pequeño roce que daba con mis pies y un grupo de ratas se amontonaba en una esquina comiendo lo que parecía ser una cucaracha muerta.
Asqueroso, fue lo único que pude pensar para describir todo.
El llanto de un bebé se hizo presente en el sitio, una vela se encendió de pronto. En el suelo estaba una mujer cuyo cabello tapaba su rostro, su ropa estaba rota y se veía bastante delgada, de su seno se aferraba un pequeño bebe, parecía tener unos cinco meses de nacido y estaba cubierto por una gruesa cobija con estampado de gatitos.
- tranquilo mi niño - susurró aquella mujer, su voz sonaba cansada - papá vendrá pronto, él me lo prometió.
Pequeños sollozos salieron de su boca, el niño simplemente se aferró más a su pecho a pesar de que aquello no parecia saciarlo por completo, fue entonces en que me fijé un poco más en él y me di cuenta de algo que hizo que mi cuerpo se llenara de pánico.
