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MALFOY ESTABA ALISTÁNDOSE para su día.
Hoy había amanecido de buen ánimo, así que hizo sus debidas necesidades de rutina y prosiguió a ponerse su uniforme, ese día había decidido peinar su cabello hacia atrás con un poco de gel y después colocó su loción, está vez la de manzana verde con sándalo.
Mientras Anne no quería ni salir de su cama, había dormido tal bien la noche anterior que sentía que aún le faltaba más por descansar, así que con mala gana se vistió dejando su cabello suelto sin cepillar, se puso una crema para evitar que su cara se viera tan mal como la traia por falta de sueño.
Nott, Zabini y Malfoy estaban esperando en la sala; Blaise aún no sabía nada sobre Anne y Draco por lo que ese tema no lo tocaron en su conversación.
—Asi que Daphne— Preguntó Nott.
—No es lo que piensan, solo que al parecer Parkinson tiene nuevos amigos y a ella la dejo a un lado, así que le hago compañía.
—¿Quien soy yo para negarle compañía a un ser desamparado?— contesto Blaise.
Los tres se empezaron a reír, pero en eso vieron a una Anne que tenía una pinta de Carroñero.
—¿Que te pasó?— pregunto Blaise— pareciera que peleaste con dos dragones y perdiste la batalla.
—Dejame.
—Y a demás de malas, que vida la tuya— le dijo en tono burlón— aprende de Malfoy, que hoy hasta se peino.
Los tres voltearon a verlo, parecía recién salido de un cuadro.
—¿Que carajos te paso?— lo molestó Nott.
—Dejenme en paz.
Metió sus manos al pantalón y salió hacia el pasillo para irse al comedor. Después de el salió Anne, Nott y Blaise.
Cuando llegaron Malfoy y Anne se sentaron juntos, frente a ellos Nott, Blaise y Daphne, que había estado esperando ya al moreno.
—Buenos días Anne— le dijo Malfoy guiñándole el ojo.
—No tienen nada de buenos.
—¿Estás molesta conmigo?— le preguntó al notar su mal humor.
—No, solo me faltó dormir más.
El tomó su mano por debajo de la mesa y le dió un leve apretón.
—Despues de esta clase ve a dormir, yo te cobro con la otra.
Ella asintió y le dió una sonrisa para después ponerse a desayunar.
Del otro lado de la mesa Blaise había notado un cambio en la actitud de los dos jovencitos, por lo que no quitó sus ojos de encima ignorando lo que la chica rubia le decía, si o si tenía que averiguar qué había pasado entre ellos dos.