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Los pequeños rayos de luz se filtraban por las cortinas de Anne.
Había dormido toda la noche sin medir las horas.
Aunque para ella no importaba porque no tenía planeado salir de su habitación hasta el siguiente día.
Pero solo tardo media hora después de haber despertado ya que un golpe en su puerta llamó su atención.
Poniéndose un sweater rosa afelpado y unas pantuflas de flores camino había la puerta.
—Dime Pabs.
—Ama Anne, un hombre la busca en la chimenea.
¿Hombre? Ella no esperaba a nadie y no tenía ni idea de quién pudiera ser. Por un momento creyó que era lo que había estado esperando desde hace semanas, pero trato de no hacerse ilusiones.
Bajo disimuladamente las escaleras para poder ver quién era sin que la noten.
Pero todas las posibles conclusiones se fueron a la basura al ver una cabellera rubia.
Malfoy estaba rondando por el lugar con una canasta en mano.
—Eres demasiado floja, tienes un pinta muy mala.
—¿Que necesitas Malfoy?— preguntaba Anne, quien no quitaba la vista de lo bien que se veía el, unos pantalones rectos negros, playera de cuello de tortuga y un abrigo negro que combinaba perfectamente con sus botas, sin olvidar de su cabello despeinado por la gorra que tenía en la otra mano,- !Merlín¡ Que guapo- pensó ella.
Quitando esos pensamientos, ya que el se le había quedado viendo por la forma en como se había quedado viéndolo.
—Mi madre me mandó a dejarte está tarta, y si tienes modales deberías mínimo invitarme a sentar.
