7. Sinfonía fúnebre

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Narrado por Torunn Thorsdottir.

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El mundo se paralizó a mi alrededor cuando vi a mi hermano, ahora hecho cenizas, irse con el viento. No podía creer lo que mis ojos estaban mostrándome, Frankie de pie en medio de la habitación, y Tristán desvaneciéndose lentamente, sin dejar rastro alguno.

No reaccioné por algunos segundos, que parecieron años.

Observé a Frankie, no tenía la menor intención de conservación personal o supervivencia, lo único que evitaba que mis piernas cedieran y me derrumbara en el suelo consumida por el dolor que crecía en mi pecho era la ira. Me abalancé sobre aquel chico como si no lo conociera, como si separarle la cabeza del cuerpo fuese todo lo que quería hacer en la vida.

Algo me detuvo, había energía verde a mi alrededor. Artemis estaba deteniéndome. Me volví para verla, de rodillas en el piso con una mano alzada y una expresión de terror puro, su rostro lleno de lágrimas. No entendía por qué no me dejaba matarlo, matar al asesino de mi hermano.

Ni siquiera quería pensar en los últimos minutos, si lo pensaba, sería real. Prefería concentrarme en la ira y usarla para evitar caer al abismo en el que mis sentimientos amenazaban con arrojarme.

'SUÉLTAME, ARTEMISA. COMO NUEVA HEREDERA DE ASGARD, TE LO ORDENO'. Pensé lo más alto que pude. Sabía que podía escucharme, pero el hechizo no cedió. Empujé mi cuerpo y logré pasar parte de él. Ni siquiera su magia se interponía ante la fuerza de mis emociones.

Frankie me veía con una mezcla de miedo y horror, y se alejó de mí hasta que su espalda pegó contra la pared. Nadie hizo nada, ¿por qué nadie más estaba atacándolo?

'Lo siento, Torunn. No puedo' escuché en mi mente y una nueva ola de magia me hizo retroceder. Ella sostenía ambas manos en mi dirección. Traidora, como ambos de sus padres. Siempre había sabido que no podía salir nada bueno de una hija de dos personas con antecedentes penales tan largos, ¿Qué acaso Tristán no había sido importante también para ella? ¿por qué defendía a su asesino?

Entonces, una fuerza distinta me golpeó. No vi qué, pero me sacó por la ventana y me llevó volando. Me soltó y caí pesadamente sobre una azotea, rompiendo parte de la pared en la que me estrellé. Era Emma, volaba sobre mí y se acercó después.

-Torunn, no. No quieres matar a Frankie, y hacerlo no te hará sentir mejor.

-Tú no sabes lo que quiero- logré hablar. Tenía un nudo tan grande en la garganta que creí que no me dejaría decir palabra. Miré a mi mejor amiga, su rostro mostraba preocupación pura. -Mató a mi hermano, Emma- decirlo en voz alta lo volvía real, y las lágrimas se escurrieron por mis mejillas sin que pudiera hacer nada por detenerlas -Mató al heredero de Asgard, eso es castigable con la muerte.

-Justo ahora, Tori, no eres la Reina, eres una amiga. No te digo que no debes castigarlo, pero no puedes matarlo. No te perdonarías a ti misma si matas a uno de tus amigos.

Solté una risa amarga, mirando al cielo para intentar evitar que las lágrimas siguieran escurriendo.

-Es lo único que me haría sentir mejor.

Y emprendí el vuelo. Ella podía ser más rápida que yo, pero no era más fuerte. Me detuve un momento para esperar a que pasara, era un destello en el cielo, así que la veía perfectamente. Tomé su pierna al pasar, y usé su impulso y mi fuerza para aventarla contra alguna parte del suelo, calle o callejón de Nueva York. Me importaba muy poco dónde cayera.

Seguí volando después de eso, regresando a la Torre por la ventana por la que acababa de salir. Había una aglomeración de gente junto a las cenizas de mi hermano, pero no había señal del maldito que lo causó.

Fracture (Young Avengers 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora