Always be Together

Verdades y Amenazas

Bueno se supone que a Caroline le tocaría narrar, pero esta inconsistente así que narrara Jenna
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Después de al menos 20 minutos la enfermera y Matt me convencieron de ir a descansar, no podría ver a Caroline hoy, si no hasta mañana, -¿Te llevo a tu departamento?- pregunto Matt una vez en el auto -No Matt, anoche ni siquiera pude llegar, dormí en el auto, no quiero entrar y ver la sangre de Caroline en mi baño- siguió manejando sin rumbo alguno, cuando el semáforo se puso rojo mire por mi ventanilla, había una niña rubia con un perro, me recordó a Caroline, me baje del auto -Tengo algo que hacer Matt, te veré mas tarde, gracias por todo- y camine hacia la mansión Bowen.

Una vez ahí, habia muchos autos, seguro vinieron a darle el pesame por la muerte de Wiliam. Toque el timbre, un hombre mayor, seguro de unos 50 abrió la puerta -Soy Jenna Peyton, vengo a darle el pésame a la señora Marice, soy...amiga de la familia- el señor me dejo pasar, fui directo a la sala done encontré un ataúd, había personas por toda la casa. Me acerque a este, me dolía que Wiliam hubiese muerto, el fue muy importante para mi, me apoyo cuando mi padre murió, pago mi fianza y había pagado mis estudios...

-¿Que haces tu aquí?- me dijo Marice una vez me vio. Las personas nos miraban a ambas -¿Podemos hablar en privado?- ella no querría armar un escándalo, así que me condujo hasta el ex despacho de Wiliam -¿Que es lo que.....- no termino de hablar porque mi puño ya se encontraba en su cara seguido de otro, estaba un poco desorientada por lo que la empuje hacia una silla -Eschame bien Marice, me vas a decir de una maldita vez ¿Porque odias a Caroline?, si no quieres que te haga daño- ella no se veía asustada, al contrario me sonrió maliciosa mente -Eres una niña tonta e ingenua ¿Crees que te tengo miedo?- dijo de manera egocéntrica -No me importa si me tienes miedo, solo quiero su me respondas joder!!- se paro de la silla. -SI LA ODIO DE LA MANERA EN QUE LO HAGO ES PORQUE SU MADRE ARRUINO MI VIDA!!- no entendía lo que acababa de decir -¿De que estas hablando? Ella es tu hija!- ella rió amargamente -No lo es, ella es una maldita bastarda al igual que tu- una cachetada voló hacia su cara -Ya basta, confiesa lo todo de una buena vez-.