[PUBLICANDO] .*🐺･ﾟPorque aunque lo nuestro tuvo un principio, no tendrá un final
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Kim Taehyung es un omega que se mudo junto con su familia a la gran ciudad de Seúl.
Lo que...
Namjoon, Seokjin, Yoongi, Hoseok, Jimin y Jungkook, todos reunidos en una mesa que era exclusivamente para ellos ubicada en un lugar apartado de todas las demás mesas, y frente a ellos, un gran ventanal con vista a las áreas verdes de la universidad.
Algo extraño para el resto, era que ninguno hablaba, parecían no estar presentes por las miradas fijas que tenían en cualquier lugar de la cafetería, ya sea la mesa, paredes, piso, etc.
No prestaban atención a los llamados a su alrededor, ni a las miradas lujuriosas que lanzaban los omegas, aunque nunca lo hacían. Todos y cada uno de ellos estaban absortos en sus pensamientos, ignorando al resto como si no existieran.
***
Namjoon, Jimin y Yoongi conversaban internamente con su lobo, Hoseok se negaba a hacerlo y Jungkook no podía por otros motivos. Por otro lado Jin si lo escuchaba, pero no le ponía atención.
Namjoon conversaba pacíficamente con su lobo, ambos sacándose las dudas.
Jimin intentaba entender lo que le explicaba su lobo -quién ya se estaba hartando- de lo que acaba de pasar.
Yoongi intentaba hacer razonar a su lobo -lo cual es difícil- de que era imposible lo que le decía.
Hoseok no para de pensar en aquel omega -mientras ignoraba a su lobo-. No dejaba de pensar en lo hermoso que era, lo rápido que se había quedado encantado con él, y la locura de no ser el único.
Al principio estaba feliz. Que va. Estaba más que feliz. Había a encontrado a su pareja predestinada, y para su suerte, estudiaban juntos.
En el momento en que olió su tercer aroma y su lobo le confirmó al removerse en su interior, no había otra cosa más que felicidad y dicha en su corazón.
Pero eso duro unos minutos, hasta que miró a sus amigos y la sonrisa resplandeciente que llevaba en sus labios decayó al fijarse en la dirección que miraban cada uno, con sus rostros de asombro y ojos de adoración.
No supo que hacer, si no fuera por Seokjin, -quien los llamo para continuar con la caminata-, seguramente se habría quedado estancado en el mismo sitio.
