Desde que la guerra había terminado todo se veía diferente, sobre todo en ese famoso trío que de momento a otro se vio disuelto ya que ninguno pudo notar la imperiosa necesidad que Hermione tenía para querer recuperar a sus padres.
Había intentado hablarlo, pero Harry parecía estar en una nube, y ella lo entendió realmente lo hacía, Ron era un caso perdido ya que no la escuchaba y había dejado muy en claro que tenía muchas admiradoras y que se sentía completo al verse tan famoso pero lo que más le había dolido fueron las palabras de su amiga.
Ginny la había tratado de egoísta por querer alejar a Harry y a Ron nuevamente de su familia, tanto Molly como Arthur le dijeron que la entendían, pero no era momento ya que los chicos estaban demasiado tranquilos y felices como para opacar esa paz que estaban teniendo. Y algo muy dentro de ella le hizo creer que merecía vivir con esa culpa, con esa soledad; nadie más dentro de la madriguera había notado como la joven cada día que pasaba tenía menos ganas de levantarse, solo George que vivía igual, pero duro solo un mes y a muy duras penas cuando una madrugada decidió irse.
Se había aparecido en su casa de la infancia la cual se notaba con algunos indicios de destrozos, se preocupó en refaccionarla, pero no tenía valor para vivir en ese lugar. Decidió por alquilarse un pequeño departamento y mucha fue su sorpresa al ver a un rubio que antes tenía un característico porte aristocrático, durmiendo en una plaza.
No había dudado en acogerlo en su departamento, pese a que éste dudo en un principio, habían comenzado una muy áspera relación ya que el chico estaba solo, sin ingresos, su padre con una condena en Azkaban y su madre en una celda en el ministerio hasta el comienzo de los juicios a cada familia y miembro activo de los grupos de mortifagos que habían participado de la guerra. Draco, por alguna causa había quedado impune ya que algunos testimonios de Lucius habían hecho eco en que solo era un niño asustado y obligado.
Poco a poco fueron acercándose uno a otro y apoyándose, pero cuando quisieron darse cuenta, eran un poco más que compañeros de piso o simples amigos. Ambos desaparecidos del mundo mágico podían sentir tranquilidad, Hermione termino sus investigaciones para poder viajar, pero su sorpresa fue que nada había salido como lo planeo y sus padres no la aceptaron simplemente hubo muchas palabras hirientes y enojos que ella sabía que eran el calor de momento, pero no quitaba que doliera.
Su dolor era mucho, decidió por irse y era hasta ese momento que no había tenido contacto con ellos, si se había enterado que regresaron a Londres, pero no quiso intentar nada al respecto.
A un año de esa dura realidad la relación entre ambos jóvenes se veía más sólida que nunca y eran la muestra perfecta de amor y comprensión, su madre fue liberada, pero sin la posibilidad de usar magia. Transferida a una de las casas familiares que no era tan grande como la mansión, pero si lo suficientemente confortable como para ser habitada; le había costado aceptar la relación de su hijo, pero a duras penas y con tiempo lo había hecho.
Mientras tanto Hermione no había querido verla sabiendo que no era bien recibida, y no lo haría hasta poder caerle bien a la mujer, pero todo se fue al diablo seis meses después cuando la libertad de Lucius resulto con las mismas condiciones que la de su esposa, ambos vivían al estilo muggle en una gran casa mágica.
Ambos pasaron a estar un poco más distantes, Hermione no entendía particularmente que era lo que había cambiado, pero todo su mundo se le vino abajo cuando una noche, ella lo esperaba con su mayor felicidad, el único detalle fue que su novio no había llegado a pasar la noche, tampoco había llegado a la mañana siguiente.
Se preocupo por demás y decidió cambiarse para salir a buscarlo cuando encontró en uno de los cajones una edición del profeta anunciando el gran compromiso MALFOY-GREENGRASS, dando por casualidad la fecha de boda justo para el día anterior al que estaba viviendo.
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ALEXEI
FanfictionEl primer hijo.... tu primer amor.... traición, miedo y valentía. Cuantas cosas pueden pasar por un simple capricho y un acto de cobardía; cuanto puede cambiar una persona al verse traicionada por esos por las cuales había dado todo. Cuanto se puede...