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Lim Do-yeon



No hay cura para el dolor en el corazón. 

No hay lágrimas en mis ojos, todo lo que tengo es dolor, solo dolor. 

Mire a Jimin sentado a mi lado comiendo, su plato estaba casi terminado mientras el mío seguía en un estado perfecto ni siquiera lo había tocado. 

— ¿No piensas comer? — La voz de alguien a mis espaldas me sobresalto. Mire a Namjoon sentarse a mi lado con esa sonrisa perfecta y sus hoyuelos. Su aroma se colo por mis fosas nasales. — Estos fideos son demasiado bueno para desperdiciarlo. — Tomo un poco de sopa con los palillos y los acerco a mi boca. — Come un poco. 

—No tengo hambre. — Respondí arrastrando las palabras por mi garganta.

— Te dará cuando pruebes esto, es realmente delicioso. Vamos prueba — Insistió teniendo aún más cerca los palillos.

 Mire a Jimin quien me sonrió. 

Acepte probar solo un poco para no dejar a Namjoon con la mano estirada. Cuando la comida hizo contacto con mis papilas gustativas fue como si mi boca hubiera probado el bocadillo más exquisito del mundo deje a mi boca deleitarse con cada parte del bocado,  la comida era realmente deliciosa, saboree su consistencia con lentitud y la dejé resbalarse hacia mi estómago llenando el vacío que había mantenido durante toda la mañana. Aun con el exquisito sabor en mi lengua mi estómago rugió en busca de más. Abrí los ojos en el momento en que escuche la risa melodiosa de Namjoon ni siquiera sentí en qué momento los había cerrado. 

— Te lo dije… es delicioso. — Sonreí antes de recibir el segundo bocado ofrecido por Namjoon y volví a deleitarme con la comida. — Eres lindo cuando sonríes, no dejes que nadie te quite eso — su sonrisa desaparecio junto a sus hoyuelos. —Escucha. Lamento lo que hizo mi amigo, el actúa de esta manera por qué está dolido y resentido contigo. Verte vulnerable es la manera de aliviar ese dolor.

— Yo era un niño, mis padres me llevaron. ¿Que podía hacer? Le prometí volver y aquí estoy — Respondí con la voz quebrada y mis ojos ardieron. 

— Lo sé y lo entiendo. Pero, aún así creo que te tardaste un poco…

— Yo… Volví tarde...

— Solo un poco, hasta hace un par de años él todavía te esperaba, pero los días pasaban y no aparecías, se hundió en el dolor y su único refugio fue Nancy. 

—Solo tenía que esperarme un poco más. —Susurre.

—Ese poco más se convirtieron en cinco años Lim. Creo que si hubieras estado en su lugar …

—Lo habría esperado— Termine la frase en su lugar. —Lo habría esperado así se tardará toda una vida… yo lo sigo esperando. 

—Do no es tan fácil como crees…

—Si lo es. Si lo es —Me levanté con desición y tome mis cosas —Vuelve a casa sin mi Jimin, me voy primero. 

Camine a la salida de la escuela ignorando todo  a mi paso y no sé si era el coraje el que me impulsaba a seguir caminando o era el dolor. 

Solo sé que llegue a la parada del transporte y subí al primer camión que vi, me senté en la parte de atrás mis ojos ardían y sentí la primera lágrima resbalar por mi mejilla, inmediatamente la limpie con la manga de mi uniforme. Cerré los ojos para evitar que mis lágrimas siguieran bajando e intenté mantenerlos asi el tiempo que me tomara calmar mi llanto. 

Abrí los ojos cuando sentí que el camión se detenía, mire por las ventanillas y no reconocí donde estaba, grandes edificios se encontraba frente a mi, jardines, unos árboles llenos de hojas verdes, personas llendo y viniendo, parejas caminando y otras sentados en las bancas, personas de trabaje caminando con prisa otras con calma y elegancia.

El pánico se apoderó de mi cuerpo, mire a mi alrededor sin encontrar referencias de dónde me encontraba mi respiración comenzó a hacerse pesada. El camión seguía estacionado enfrente a la parada e hice lo primero que pensé. Me levanté rápido para bajar. Senti un golpe por mi costado izquierdo haciendome tambalear. 

— Lo siento —Se disculpo un chico que también estaba por salir, era más alto que yo, y en su espalda colgaba una guitarra, su aroma pico en mi nariz. Un alfa.

 Lo vi sonreír antes de cederme el paso, hice una pequeña reverencia con la cabeza antes de bajar corriendo. Aún cuando camine un par de pasos alejandome del camión podía sentir su mirada sobre mi, y no me equivoqué al voltear y mirar a su dirección observé como él ni siquiera se había movido ni un centímetro de su lugar y su mirada aún estaba sobre mi, el camión comenzó a moverse la brusquedad al arrancar hizo que el chico se tambaleara y con ello algo en las cuerdas de la guitarra se agitó y brillo. Algo similar a una cadenita...

 Mi mente regreso el suceso de está mañana. Unas horas antes de que Namjoon hablada conmigo, me había encontrado con Mickhail al salir del aula,  accidentalmente choque con él, mis ojos quedaron a la altura de su pecho y había dejado a la vista una cadena que colgaba de su cuello por encima de su uniforme la cuál mi mente imagino que era aquella que yo le había regalado hace años y en mi interior se encendió una pequeña chispa de esperanza, pero se rompió cuando la tomé entre mis manos y lei el nombre de Nancy. "Creíste que era la tuya? No seas estúpido me deshice de ella hace años" 

¿Y si esa era la cadena que Mickhail tiro?  Tenía que recuperarla. El camión se alejaba y mis pies comenzaron a moverse de manera involuntaria, me descubrí corriendo tras el camión cuando el aliento me empezó a faltar, el camión se alejaba cada vez más y mis pies cada segundo estaban más cansados. Me detuve cuando sentí a mis piernas flaquear y mis pulmones gritar por oxígeno. 

Me di cuenta que había perdido la oportunidad de averiguar si esa era mi cadenita  cuando el camión dio la vuelta en una esquina. Cansado y sediento me deje caer sentado sobre el asfalto con la cabeza apoyada sobre mis rodillas, sentí mis ojos arder y mi corazón volver a doler, pestañe y apreté los ojos para evitar volver a llorar

— Creo que no es buena idea correr tras el camión a menos que seas un corredor profesional, son bastante rápido y al verte tan cansado no creo que sea uno.. ¿Estás bien?— Pregunto la voz de un chico. 

— Necesito agua.. —Respondi sin levantar la vista y regulando mi respiración.

— Levántate te llevaré a tomar algo. 

Dejame Amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora