Dejame Amarte

16

Mini Mickhail

¿El "quizá" existirá?

No sé qué hora era cuando me desperté pero por el silencio de la noche podía darme cuenta que aún era bastante tarde. Entre pestañeos pude observar como la brillante luz de la luna llena traspasaba la delgada tela de las cortinas e iluminaba cada rincón de mi habitación.

¿Otra noche más de insomnio?
Abrí los ojos y deje salir un suspiro desde el fondo de mi pecho. Quizá si cambiaba de posición lograba dormir de nuevo, moví mi cuerpo volteandome para el lado contrario de la posición en la que me encontraba, mi corazón casi salto de mi pecho al instante que mi vista fue a parar sobre aquel niño al que había estado odiando últimamente, sentado a mi lado sobre la orilla de mi cama, mirándome fijamente con esos hermosos ojos negros como si verme dormir fuera lo más  importante. ¿Cuánto tiempo llevaba ahi? Do-yeon me miraba como aquella primera vez que nos dirigimos la palabra cuando nos conocimos ¿Cómo había llegado él a mí habitación a estas horas? ¿Cómo podía lucir así de bonito? Lo observé por una par de segundos más intentando memorizar cada detalle de su rostro, una sonrisa angelical se dibujo en sus labios y mi corazón latio con fuerza, hace tanto que no lo veía sonreír no recordaba que fuera tan hermoso. Hace tanto tiempo que se había ido, que me habia abandonado.
El dolor y el rencor llegaron a golpearme para regresarme a la realidad, él y yo ya no podíamos estar juntos, nunca lo estuvimos y no lo estaremos en algún futuro ¿verdad?  El coraje subió por mi pecho, apreté mis puños molesto, no lo quería cerca no quería verlo. Él no era bueno para mí, solo me dañaba.

—Lim ¿Qué jodidos haces.. —Coloco su dedo índice sobre mis labios y acerco su rostro al mío sin vaciolaciones, sus labios tocaron los míos en un beso tierno. En mi mente queria apartarlo, gritarle, echarlo de mi casa a patadas si era necesario pero mi corazón quería quedarse en ese momento más tiempo, saborear el dulce sabor del los labios contrarios, aún en estado de Shock entreabri  los labios y le di acceso total a qué sus labios tomaran todo de los míos, lleve una de mis manos sobre su espalda y  acerque más su cuerpo al mío. El niño que me besaba  desprendía de su cuerpo  un aroma delicioso junto con un calor infernal  que podía sentirlo a través de la ropa, mi piel se estaba prendiendo, tome su labio inferior entre mis dientes y tire de el mordiendo y succionando a la vez, sus labios eran tan apetecibles, sabían tan dulces.

¿Estaba haciendo demasiada calor? o ¿solo era mi cuerpo el que tenía fuego? Mordí una vez más sus labios y un gemido suave salio entre sus labios acompañado de suspiros erráticos en ambos. El aire se acaba entre nosotros, no podíamos respirar o habíamos olvídalo como hacerlo. Paso su pierna sobre mi cuerpo y quedo sentado sobre mi en ahorcadas. Me levante hasta quedar sentado con su cuerpo sobre mis piernas.

—De verdad estás aquí?

Él solo sonrió y me volvió a besar con más hambre, sus dientes atraparon mi labio inferior y tiro de esté sacándome un gemido, cuando lo soltó sonrió, bese su mejilla y baje mis labios en besos húmedos hasta la mitad de su cuello ¡Por la luna! Do-yeon olía tan bien, enterré mi nariz sobre su cuello, inhale su aroma y deje salir el mío, volvi a inhalar nuestros aromas combinados y algo dentro de mi se volvió loco, sus dedos se enredaron entre los mechones de mi cabello cuando volví a besar con devoción su cuello, las respiraciones de ambos eran pasadas y nuestros pechos subían y bajaban con intensidad, succione un poco la piel de su cuello y otro gemido escapó de los labios contrarios, mis manos fueron a parar al trasero contrario sin ningún descaro, la  necesidad de arrancar la ropa mía y de él para apagar el calor que consumía nuestros cuerpos se presentó más cuando Do comenzó a mover su cadera sobre mi entrepierna y mis manos se movieron bajo su ropa tocando su piel directamente entonces fue cuando me di cuenta que estaba demasiado excitado como para pensar y deseaba tomar todo de su piel.

—Do-yeon… — Gruñi a causa de la excitacion y me separé un poco para observar su rostro, sus ojos estaban aguados y apunto de derramar lágrimas, ¿Había echo algo que lo lastimara  como para hacerlo llorar? Movió sus labios diciendo algo que no escuché y mi vista comenzó a ponerse borrosa, el pánico se apoderó de mí e intenté abrazarlo pero simplemente su cuerpo desapareció entre mis brazos.

Abrí los ojos agitado, asustado y con una erección dentro de mi ropa. La luz de la luna casi había desaparecido la roptura del alba estaba iniciando, mi cuerpo sudaba mis músculos  se contraían, todo mi cuerpo dolía y ese fuerte deseo de poseer el cuerpo de Do quemaba en lo más profundo de mi, apreté las sábanas con mis manos y me retorci sobre mi cama. Do no estaba conmigo, solo había sido un sueño causado por el calor del celo, cerré los ojos y desee no estar pasando por esto ahora.

 

    
                              …..

— Te traje café helado — Escuche la lata ser puesta a un lado de mi rostro para después escuchar como Namjoon retiraba la silla y se sentaba a mi lado. — ¿Cómo te sientes?

—Horrible… el celo es horrible.— Azote un poco mi cabeza contra la mesa. —Entiendes lo difícil que es caminar estando erecto todo el día y querer estampar contra la pared al primer Omega que se te ponga enfrente y saciar el calor sin piedad alguna?

— No haz estampado a la pared a nadie porque no haz querido. — Yoongi habia llegado a sentarse frente a mi con esa mirada de malo que siempre traía y su ronrisa de lado que lo hacía verse todavía más malo — ¿Quieres que te consiga a alguien para que lo estampes?

— No digas idioteces!— Hoseok que estaba llegando dio un golpe sobre la parte posterior de la cabeza haciendo que la cabeza de yoongi casi golpeara contra la mesa  —Mickh aún es virgen y no creo que quiera perder su castidad en un celo!

— Porque mierda me golpeas! —Yoongi se levantó molesto

—Porque estabas diciendo tonterías!

—A ti que jodidos te importa!

— Ya basta los dos, si no se calman los reportare...

Me aprete las dos sienes con los dedos, me dolía la cabeza y con los gritos de estos dos idiotas me dolía más, me levanté molesto y salí del salón. Camine por los pasillos con dirrección a los baños. Cuando llegue entre al primer cubículo desocupado, cerré la puerta con seguro y se me senté sobre el retrete, mi erección dolía y necesitaba hacer algo. Maldije entre dientes antes de abrir mi pantalón y meter mi mano por debajo de mi ropa tocando directo mi miembro lo envolví en mi mano y comencé a tirar de este una y otra vez, cada vez más rápido, un gemido salió de mi labios seguido de un nombre que no quería pronunciar Do-yeon, aprete mi ojos y deje caer mi cabeza hacia atrás jalando con mayor velocidad mi miembro e imaginando el cuerpo de Do desnudo bajo mi cuerpo, acariando cada centímetro de su piel.

Do-yeon te necesito...