Dejame Amarte

PRÓLOGO

Las casualidades no existen, todo lo que te rodea y lo que pasa día a día es un plan designado por un alguien, por Dios, por los astros, o el universo.
Todo está planeado tal vez desde el inicio de los tiempos. Desde el nacimiento de una persona y los cientos de giros que llevara durante toda su vida hasta el momento de su muerte, incluyendo el cruce de su destinado...  una hermosa historia de amor para muy pocos.

El sol y la luna han sido testigo de esas historias que han ocurrido a lo largo del tiempo buenas y malas historias en este mundo injusto.

En nuestro mundo pertenecemos a tres rangos Alfa, beta u Omega. Los alfas podían obtener lo que deseaban tan solo con tronar los dedos y más si pertenecían  a una familia adinerada. Por otro lado los omegas obedecían las órdenes de los alfas como fieles sirvientes a su rey. En épocas pasadas, los omegas eran entregados a los alfas despiadados, cambiados por dinero, por poder, o simplemente por haber presentado como omega. 

Era  nada más que una injusticia. Nadie era capaz de elegir a qué rango pertenecer, simplemente un día en tu adolescencia presentabas, te gustará o no, ya no había vuelta atrás ese era tu destino y había que vivirlo de una u otra forma. 

Para muchos los rasgos de su rango  llegaban a distinguirse desde la infancia o nacimiento, por lo tanto podías imaginar a dónde pertenecería cuando presentarás en un futuro, para otros nos manteníamos neutros y esos quizá tendríamos un destino como betas el punto medio de los rangos, aquellos que eran inteligentes y por eso tenían más respeto que los omegas pero menos autoridad que los alfas.

Pero yo … yo  pensaba diferente. Quizá se debía a la influenza de mis padres desde el inicio, su mente abierta, abrió la mía desde el momento en que tome conciencia, ellos siempre me enseñaron la igualdad entre los tres rangos, pues no importaba el rango, importaba tu persona y la forma de desenvolverte en la vida, pero en especial me enseñaron el respeto a tu pareja, a tu omega como en palabra clásicas se suele decir. 

Mis padres fueron destinados por lo que a mí me enseñaron la importancia de amar y respetar a un Omega quien no solo es alguien con el que pasas tus celos, atiende tu casa y se dedica a cuidar de tus crias. Es un compañero de vida, un complemento,  un ancla en el mar de la perdición... pero eso solo puede verlo tu destinado...  quien será tu otra mitad.

Esos eran mis pensamientos inculcados y en lo que yo creía fielmente, yo era una pequeña excepción dentro de un círculo vicioso de cotidianidad.

Pero como dije...  todos tenemos un designio planeado desde el momento de nuestra concepción.  

Y esté fue el mío.

Caminaba rumbo al claro donde estaba el pequeño lago del pueblo, un lugar demasiado tranquilo. Solia ir ahí desde que era pequeño.
Al principio solo iba por qué encontraba la  tranquilidad que mi mente necesitaba después de ir a clases y pelear con los estúpidos niños que presumían un futuro como Alfas. 

Un alfa aquí puede hacer lo que desea incluso tratar a un Omega como objeto. "ojalá presenten como omegas"  

Mis días de solo meditación en ese claro, terminaron el día que después de haber peleado con un niño de mi clase; mi primo para ser exactos. Me echarán suspendido de las últimas clases.

 Sabían muy bien que si llegaba a casa temprano mis padres se molestarían al saber por que llegue tan temprano. 

Me adentré al claro a esperar el fin del horario de clases, después iría a casa y les explicaría a mis padres todo lo que había pasado. Me senté en mi árbol favorito que daba una vista al lago, trate de regular mi respiración y pensar en como les explicaría a mis padres que en mis últimos días de clases, fui echado por pelear con el tonto de mi primo. Mis padres no conocían mi lado agresivo, si llegasen a enterarse tal vez les preocupe o les alegre, un pequeño acto de rebeldía indicaría que mi rango sería alfa, yo no deseaba ser un alfa, no quería lastimar a nadie cuando no pudiera controlar a mi lobo, no quería que en mi época de celo usará a cualquier omega solo para satisfacer mi cuerpo, no quería marcar a un desconocido en una perdida de control, mucho menos amarrar a una persona a mi queriendo tener derecho posicional de ella solo por qué mi lobo lo exigiera.

Deseaba presentar como beta, aún que ser alfa podría tener beneficios estaba dispuesto a dejar todo eso por mantener la racionalidad y control sobre mi que hasta ahora a mi corta edad mantenía.

Entonces... quizá fue mi destino presentándose en ese momento; pero ahí fue cuando todos mis planes anhelados para mí futuro quedaron interrumpidos.

Una melodiosa risa surco el espacio y se colo por mis oídos, busqué con mi vista el origen de aquella melodía hasta dar a la otra orilla del lago, donde un pequeño niño de cabellos castaños y piel clara, más joven que yo, vestido  con camisa holgada blanca, estaba a la orilla en posición fetal, hablando con un pato como si este le fuese a contestar, fue la acción más tonta y tierna a la vez, no pude evitar sonreír, era tan tierno y lindo, lucia como un muñeco de porcelana. 

Quedé embelesado desde el momento en que mis ojos se posaron sobre él aún que mi pequeño ego no iba a admitirlo. Me dedique  observar sus movimientos por un gran rato, sus cabellos se movían ligeramente por el viento, corría de un lugar a otro tratando de alcanzar una mariposa y su risa llegaba hasta mis oídos. 

No sé cuánto tiempo paso jugando pero en ningún momento despegue mi mirada de él, fue como si me tuviera hipnotizado, hasta que lo vi alejarse del claro. Fue cuando caí en cuenta que ya había pasado bastante tiempo del fin de la hora de clases.

 ¿Que había echo ese niño para lograr que mi vista no se despegara de él durante tanto tiempo?

Cuando salí de mi trance corrí a casa lo más rápido posible, quería llegar antes que mis padres, así no me metería en problemas, por suerte ellos trabajaban hasta tarde.

*Esta es mi primera historia y quizá no sea tan buena pero les agradezco a quienes pasen por aquí.

* MinPri_12 ¡Sorpresa! Espero te guste ... No olvides que te adoro❤️