Cap. 52 Un cumpleaños imperfecto

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Hoy

5 Días después de la ida de Cinco.


Eran las 11pm de la noche, Ben y Rose habían encontrado la carta que había dejado Cinco y al ver que probablemente debió haber venido esa misma noche Rose había decidido ir a buscarlo, ¿como? ¿Cuando? No se sabía.

Rose: Volveré a las 3 ¿ok? —dijo metiendo algunas cosas en su mochila—

Ben: Ok, te escribiré del teléfono de Klaus.

Rose: Solo si me paso de la hora.

Ben: Si, si, solo si pasa eso. Lleva suéter, puede que llueva.

Rose: Bien —buscó una de sus chaquetas y luego encima la mochila— Ya vuelvo.

Ben: Ok.

Ella tomó su skate y salió por la ventana de su cuarto, bajó las escaleras y puso en el suelo su medio de transporte, patinando por las calles a esa hora cualquiera se asustaría de la soledad de estas. Ella no tenía ningún plan de como encontrarlo, no podía viajar por el tiempo, pero tal vez se había perdido y transportado por algún lado de la ciudad.

Rose: ¡¡Cinco!! ¡¡Cinco soy yo!! ¡¿Donde estas?!

Pero nunca recibió respuesta, se le ocurrió —así como en un momento se le ocurrió a Cinco— ir al almacén a ver si podía reparar algo y traerlo de vuelta. Lamentablemente todo estaba destrozado, no había nada que se pudiera usar. Ella estaba sentada viendo una batería fundida, pensando todo.

Rose: Sí solo... Si solo lo hubiera detenido. —soltó la batería—

Venom: Esta vez la historia cambió...

Rose: Lo último que necesito es oír tus comentarios...

Venom: Esta vez la persona que te importaba... Se alejó de ti por si sola.

Rose: No puede ser —se quejó—

Venom: Lo mas gracioso de todo esto es que como siempre estás mintiéndote a ti misma, convenciéndote de que fue su decisión irse, que no tuviste nada que ver, pero la verdad es que en el fondo sabes que fue tu culpa...

Rose: Basta. —un nudo en su garganta apareció—

Venom: Él te vio construyendo y desobedeciendo a su padre, le diste el ejemplo de hacer lo que quisiera, y cuando lo hizo simplemente lo dejaste hacerlo. Ni siquiera lo detuviste. Si... Todo esto al final es tu culpa. Llevaste a tu propio hermano a una muerte segura... Bueno no sería la primera vez ¿no?

Una lágrima salió de ella sin darse cuenta...y luego sólo un grito de rabia. Se levantó y comenzó a golpear todo.

Rose: ¡¡¡No es mi culpa!!! —miró los restos de su máquina— ¡¡Tú mismo te buscaste ese destino!! ¡¡Hipócrita mentiroso!! —tomó un pedazo de metal y lo tiró— ¡¡Me lo prometiste!! ¡¡Dijiste que siempre estarías aquí!!

Ella cayó de rodillas, comenzó a golpear el suelo repetidas veces, si, creía que había sido culpa de ella, y eso era lo que más le dolía, el ver que una vez más... había acabado con otra persona que le importaba. Le dolía que no se lo hubiera dicho, que tantas veces él le juzgó por haberle mentido e ilusionado y al final... ella sea la que ahora estaba llorando de coraje porque el se fue.

Rose: ¡Tantas veces que me pediste que me quedara! ¡Tantas veces que me convenciste de confiar en ti! ¡Tantas veces que te molestaste porque menti! ¡Y mira quien es el que no está ahora!

Los jóvenes HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora