Izaya Orihara abrió los ojos con torpeza, el dulce aroma del café cosquilleaba en su nariz despertando su apetito, justo como todas las mañanas. Aún adormilado, bostezo un poco y tomó asiento en la cama, observando por unos segundos su habitación; un lugar simple que sólo tenía su cama, un par de muebles y uno que otro libro que solía ojear cuando las tardes se hacían tediosas. Extendió un poco los brazos hacia arriba, estirando su cuerpo para así poder eliminar el cansancio en él, sintiendo como aquella taza de café aún costado de su cama era una bendición en ese momento.
Con una pequeña sonrisa pudo ver el plato de porcelana que contenía algunos panecillos dulces, notando el aroma a mantequilla y canela que emanaba de ellos, aquello definitivamente abría su apetito, sin embargo aún no deseaba comer... No hasta que la persona que había hecho eso por él, le acompañará. Con paciencia espero hasta que la puerta comenzó a abrirse lentamente y mientras esto sucedía, su corazón comenzaba a agitarse como un loco, emocionado por la visita matutina que tendría. Después de algunos minutos pudo observar la cabellera rubia de Shizuo Heiwajima, adentrándose a la par que sonreía tan amable como siempre mientras sostenía una taza de tonalidad rojiza así como un plato con algo de fruta.
-Buenos días- saludo Shizuo con su usual tono tranquilo al mismo tiempo que se acercaba a la cama, tomando asiento en esta para así poder besar la frente del pelinegro, sosteniendo con cuidado sus alimentos antes de colocarlos junto a los de Izaya, en la pequeña mesita de noche que se encontraba al lado de la cama ajena.
-Buen día-saludo con timidez, regresando de vuelta el beso, esta vez en la mejilla del rubio, intentando controlar la locura que era su mente ahora, sin importar cuantas veces pasarán por un momento como ese, Izaya no terminaba de acostumbrarse a ese tipo de afecto y habían ocasiones en las que sentía una especia de aversión a este, aun así Shizuo siempre le decía que era el resultado del trauma y los tratamientos. Luego de pasar por el usual bochorno romántico, ambos desayunaron con calma, disfrutando de los alimentos que Shizuo había preparado especialmente para Izaya, los cuales como todos los días eran una delicia.
-¿Has tenido más dolores de cabeza?- cuestionó Shizuo a su vez que terminaban de comer, comenzando a preparar a Izaya, revisando la movilidad en sus piernas y si este podía sentirlas
-No, al menos no como antes- comentó el pelinegro mientras observaba cada unas de las acciones de Shizuo, el cual como siempre era cuidadoso en relación con su recuperación. Poco sabía de lo que le había sucedido, no recordaba nada de su pasado y lo poco que sabía era gracias a Shizuo.
Fue por él que supo la razón de su discapacidad; un psicópata lo había secuestrado y torturado, había intentado asesinarlo y de no ser porque Shizuo movió media ciudad para salvarlo, seguramente estaría muerto. Por su puesto jamás logró comprender las razones de aquel maníaco pero al menos estaba a salvo con Shizuo y ese sujeto había sido encarcelado. El trauma de lo sucedido, le había generado una especie de amnesia, así que Shizuo era el encargado de ayudarlo en ese procedo y por lo cual Izaya estaba sumamente agradecido.
-en cuanto tengas avances en tu rehabilitación, podremos salir como antes, así que es importante esforzarse para lograrlo- comentó el rubio terminando los ejercicios de la mañana para así tomarlo en brazos.
Izaya simplemente asintió y se aferro con fuerza al rubio cuando este lo levantó para sacarlo de la habitación hacia la sala de estar en donde se encontraba su silla de ruedas, al parecer gracias a su secuestrador había perdido toda capacidad de caminar por lo que estaría postrado a ese medio de transporte durante toda su vida si la terapia no funcionaba. Al principio cuando Shizuo le reveló esta información, Izaya intentó suicidarse, pero el rubio le apoyo ofreciendo todo lo que tenía para que Izaya pudiera continuar con su vida. Como su prometido, ese era su deber con Izaya o al menos eso era lo que Shizuo le había dicho que eran, cuando Izaya le cuestionó el motivo de su ayuda.
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Al borde de la locura (Shizaya Angstruary)
FanficA veces el amor te corrompe al punto de la locura. Historias de un amor retorcido entre Izaya y Shizuo, con un ligero toque enfermizo, como parte del reto #Angstruary de EsdeFics. Espero y lo disfruten