Parásito /Gaslighting/

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-Me gustas- confeso Shizuo ante Izaya luego de acorralarlo en un callejón oscuro, había pasado todo el día persiguiéndolo para poder confesarse y cuando tuvo la oportunidad, no dudo ni un momento en lanzarse aun a sabiendas de que podía ser vilmente rechazado por el pelinegro, seguramente se burlaría de él y usaría eso en su contra en el futuro, sin embargo, eso ya no le importaba, en verdad estaba enamorado de Izaya. Era una locura, él mismo comprendía la situación en la que estaba metido, amar tanto a quien había odiado por tanto tiempo era algo que en un principio no podía aceptar. Lucho contra aquellas emociones, recordando todo lo malo que Izaya le había hecho, pero al final sus sentimientos románticos eran más fuertes que su propia razón y no quedaba de otra que sacarlos antes de que estos lo consumieran.

- ¿Disculpa? - pregunto atónito el pelinegro ante aquellas súbitas palabras a la par que observaba con curiosidad el rostro sonrojado del rubio, notando también como su respiración parecía acelerarse a cada segundo.

-Dije que me gustas- gruño completamente irritado y avergonzado, siempre pensó que cuando se enamorase podría ser un momento dulce y "rosa", no obstante, en ese preciso momento todo era tan extraño, tan aterrador que solo esperaba a recibir la negativa de Izaya para poder volver a su vida normal... necesitaba que lo rechazara para poder terminar de una buena vez con lo que sentía.

Izaya permaneció en silencio, manteniendo su mirada carmesí sobre la débil imagen de Shizuo, sintiendo como por alguna razón el placer lo recorría desde la cabeza a los pies, fascinado ante ese momento que el rubio le estaba brindando. La bestia salvaje que era había caído ante el como un insecto, era una oportunidad que no podía desperdiciar con tanta facilidad. Sabia que tenía la opción de rechazarlo y seguir con la normalidad de sus vidas, pero había otro camino mucho mas divertido, algo que podía poner a prueba; salir con él y experimentar con sus emociones -está bien- respondió antes de acercar sus manos hasta el rostro de Shizuo, quien de inmediato le observo sorprendido -acepto tus sentimientos, pequeño Shizu- expreso acercando sus labios a los ajenos, siendo detenido bruscamente por el rubio.

-Espera... ¿estás hablando en serio? - cuestiono mientras retrocedía unos pasos, un poco nervioso y al mismo tiempo emocionado

-Claro después de todo así tenía que ser, ambos nos hemos odiado por tanto tiempo que era inevitable que alguno de los dos se enamorara, así que... ¿Por qué no intentarlo? - manteniendo su usual sonrisa burlesca, Izaya avanzo hasta Shizuo y tomo nuevamente el rostro ajeno para así poder besarlo con suavidad.

Shizuo estaba en shock, en verdad había soñado con sentir sus labios y ser aceptado por el pelinegro, por lo que ahora que estaba sucediendo no sabía cómo reaccionar, estaba feliz, pero al mismo tiempo tenía miedo de ser herido por Izaya o que su relación no funcionase debido a los rencores del pasado. Tenía tantos pensamientos corriendo por su mente a la par que los labios del "enano" continuaban sobre los suyos, en un beso inocente que sabía a gloria. Opto por aceptar lo que estaba sucediendo y empezar una relación con la persona que amaba, olvidando todo el odio que tenía para poder ser feliz a su lado.

Decir que la relación era lo mejor que le había sucedido seria quedarse corto, Shizuo no había sido tan feliz como ahora que podía abrazar o tocar a Izaya. Las peleas se habían detenido por completo y pronto el rastro de su relación negativa comenzó a desvanecerse ante la sorpresa de todos sus conocidos quienes, aunque no comprendían la locura que estaba pasando, la aceptaron porque consideraban que Ikebukuro al fin podría ser una ciudad tranquila. Por supuesto, Izaya no pensaba lo mismo de todo eso, había aceptado esa relación por mero aburrimiento y sobre todo por mera investigación personal, quería ver que tan fácil podía corromper y destruir a Shizuo ahora que lo tenia en su palma, así que las atenciones del rubio lo asqueaban de sobremanera mas las soportaba porque aun no había "exprimido" todo lo que deseaba de esa relación.

Al borde de la locura (Shizaya Angstruary) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora