Ep6: «Kaigaku»

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DouZen y GyuZen
(Continuación del capítulo anterior)

***

El más alto abrió la puerta, permitiendo a el menor pasar, los alumnos al igual que Douma voltearon a verlos. El rubio frunció ligeramente el ceño, algo molesto, pero intento ocultarlo fingiendo una leve sonrisa.

Hola, Zenitsu - Kun, Genya, veo que llegan tarde— Sonrió, provocando un leve escalofrío en ambos menores. Zenitsu se apresuró a decir —¡L-lo sentimos Douma - Sensei! Tuvimos unos inconvenientes en el camino— Exclamó nervioso, Douma simplemente suspiro e hizo un ademán con la mano, restándole importancia —No importa, pueden ir a sentarse— Ambos chicos asintieron y se apresuraron a ir a sus puestos, Douma continúo con la clase.

***

A Zenitsu se le hacía algo aburrida e incómoda la clase de Douma, puesto que el rubio era el maestro del área de educación sexual, y a el pelinegro le incomodaban esa clase de temas, un poco al menos, creía que esas cosas no se debían de contar y los padres eran los responsables de explicar esas cosas.

Pero el no tenía padres (N/A: NOO JAJAJAJA), Zenitsu se sentaba al lado de la ventana, la mayoría de la clase se la pasaba mirando hacía ahí, y esta vez algo captó su atención.

En el patio se podía ver a una chica, era alta (no tanto) su cabello era largo y era color rojo, como el fuego vivo, entre medio de este era naranja, y parecía que su cabello brillaba, sus ojos eran negros, pero el derecho era solamente un punto negro, lo demás era blanco, tenía una enorme cicatriz en la mejilla, parecida a la de Sanemi, su cuerpo era el de una adolescente normal, no resaltaba en lo absoluto. Traía el uniforme puesto, pero llevaba unos calcetines que cubrían sus piernas.

Zenitsu— Volteo a ver y era el profesor —¿Podrías quedarte en el aula un momento?— El menor se pregunto por qué, pero al ver qué no había nadie en el salón entendió que ya era hora de irse al receso. El pelinegro asintió y el más alto sonrió.

¿No me ayudarías a llevar estos papeles a mí oficina?— Zenitsu entendió, entonces, que cada profesor tenía su propia oficina en la que hacían la tarea, corregían y ponían notas.

El menor solamente asintió y tomó los papeles que el mayor le indico, comenzaron a caminar en dirección a la oficina de el rubio. Zenitsu se dio cuenta que todas las miradas estaban en ambos, y que algunos incluso le daban miradas de pena. Eso le hizo pasar saliva, pero siguió al mayor.

Estuvieron unos segundos caminando hasta que al fin ambos llegaron a la oficina de Douma. El mayor le indico donde dejar los papeles, y extrañamente Zenitsu sintió un mal presentimiento.

Dejó los papeles donde se le fue indicado, escuchó un “click”  y sintió un escalofrío en su espalda al sentir el aliento caliente de Douma en su nuca, paso saliva y con un claro nerviosismo preguntó —¿D-douma Sensei?— Más que una pregunta normal sonaba como un susurro apenas audible.

El mayor sonrío satisfecho al ver qué había puesto nervioso al más bajo, Zenitsu simplemente sintió como es que Douma ponía ambas manos en su cintura y lo atraía aún más hacía el.

Sabes... Hoy estuviste muy mal, Zenitsu. Llegaste tarde y no prestaste atención a la clase, y como no prestaste atención... Deberé darte una explicación más clara, que se que no evitarás— Susurró contra su oreja, luego sintió como es que besaba su cuello.

↳ ❝𝑴𝒂𝒊𝒅❞ ✎ 𝓐𝓵𝓵𝓩𝓮𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora