9. Chef Kiss

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Kosse

Me fijo en que la puerta no se cierra por la jaula, esta está casi partida, pero aguanta sin romperse gracias a dos varillas de metal. Acabo de descubrir algo que me puede salvar.

Espero a que sus brazos estén alejados y me acerco a la puerta. Me agacho y palpo la jaula hasta dar con una varilla de metal, tiro de ella con mucha fuerza y la arranco, el conserje no parece percatarse, pero vuelve a acercar sus brazos hasta mi posición por lo que me alejo. Me quedo quieta hasta que sus manos me buscan por otro rincón, entonces me acerco y arranco la varilla que quedaba.

La puerta rompe la jaula y se cierra totalmente, amputando de cuajo los dos brazos del conserje que grita de forma desgarradora, unos gritos de agonía que me hacen disfrutar. Sonrío y le doy pataditas a sus largos brazos, que sufrían espasmos tirados por la sala. Me acerco a la trampilla y trato de abrirla, no lo consigo, pero cojo una de las varillas de metal de la jaula y la uso de palanca, consiguiendo así abrirla. Me meto en ese conducto y me siento increíblemente cansada, por lo que me tumbo un ratito.

Narrador omnisciente

—Tenemos que encontrar a esa bastarda. —dice Hana preocupada.

—No andará muy lejos. No conoce el lugar... —Diego hace una pausa y mira fijamente a Hana. —Tarde o temprano cometerá un error.

—Esa chica es muy espabilada, no la subestimes.

—No voy a subestimarla... Ya sabes.

—Debimos prever que era lo suficientemente astuta como para pillarnos.

Hana y Diego avanzan por el pasillo y encuentran al conserje tirado en el suelo, con sus brazos amputados y formando un reguero de sangre, se miran y corren a ver qué ha pasado.

—Está muerto —dice Hana.

—Esta chica es brillante, tenías razón... Pero si ha pasado por aquí... —abre la puerta pulsando un botón, entonces observa la trampilla abierta y se ríe. —Nuestra amiguita se encuentra en las cocinas.

—¿Vamos por aquí? —pregunta Hana.

—No, ve por las escaleras... Es posible que así le salgas al paso y la sorprendas, yo hablaré con Lady.

—Está bien, luego tendrás noticias mías. —Hana se marcha y Diego la mira mientras se aleja. Entonces lanza una última mirada al cuerpo del conserje sin inmutarse y se va de la zona.

Kosse

Despierto, miro el reloj y son ya las 07:00. Me doy un coscorrón al no recordar que estaba dentro del conducto.

—¡Ay! - Me quejo y resoplo.

Enciendo el mechero para seguir avanzando por el oscuro conducto.

No hay oscuridad tan densa, tan amenazante o tan difícil que no pueda ser superada por la luz.

Al avanzar me topo con unas escaleras de mano que subo, mientras lo hago caen gotas de agua desde arriba que se chocan con mi chubasquero amarillo. No sé exactamente a dónde he salido, pero es un lugar oscuro y por una cinta en el techo van pasando muchos ganchos, algunos con bolsas de cadáveres y otros vacíos.

Observo que la cinta proviene de una ventana bastante grande y van hacia otra ventana, parece que no tengo otra salida que colgarme del gancho y esperar a ver dónde me lleva. Pasa un gancho y lo agarro, me empieza a arrastrar, me engancho fuerte una vez llegada hasta fuera de la ventana para no caer al abismo y mirando hacia arriba un balcón desde el que un cocinero va recibiendo bolsas de cadáveres a través de estos ganchos, el mío aún está lejos de ese nivel y una vez que veo suelo me suelto llegando a un almacén con muchas de estas bolsas.

Signal Interference IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora