Mia
—Due pizze salame per favore (Dos pizzas de salami por favor)—le pide Cameron a la mesera con una pequeña sonrisa, la cual se la devuelve con aire coqueto.
Cameron tiene el cabello castaño y los ojos cafés. Es muy atractivo, si es que puedo decirlo. Como los dos tenemos el cabello y los ojos del mismo color, siempre nos confunden como familiares, cosa que siempre nos ha dado gracia.
En cambio, Angela tiene el cabello rojizo y unos preciosos ojos café verdosos. Algunas veces nos han llegado a confundir como hermanas, y diría que no es verdad, pero a veces actuamos como si de verdad lo fuéramos.
—Naturalmente (Claro que si)—responde la mesera con el habitual acento italiano y se dirige a lo que es la cocina.
Hemos venido a este restaurante desde que tengo memoria. Usualmente veníamos cuando no teníamos ningún pedido en especial o en lo fines de semana. No hemos venido últimamente, ya que hemos tenido un poco más de trabajo.
—¿Ya está lista la pizza?—pregunta James con el ceño fruncido. Siento como mi corazón vuelve a encogerse al ver que lo hace igual que su padre.
—Ya viene pequeño—le aseguro sonriendo y él asiente para después seguir jugando con Tyler.
La mesera de hace unos minutos llega con una gran caja entre sus manos, que pone después en la mesa. Le vuelve a sonreír a Cameron, él cual la ignora completamente y se relame los labios al ver la pizza.
—Grazie (Gracias)—le digo con una sonrisa, que ella me devuelve antes de volver a desaparecer por la cocina.
—HA LLEGADO LA PIZZA—exclama Cameron alegremente tomando un pedazo con una sonrisa puesta en sus labios.
—¡Pizza!—exclaman los pequeños al unísono y Angela les comienza a repartir su comida.
Angela y yo seguimos en la repartición hasta que nos toca a nosotras. Estoy en mi primer rebanada cuando Angela entraba una conversación.
—¿Han oído que One direction vendrá a la ciudad?—pregunta con una sonrisa de oreja a oreja.
Me atraganto con el pedazo de pizza. Mientras empiezo a toser, Angela frunce el ceño y Cameron la fulmina con la mirada. Mi amiga necesita unos segundos antes de que sus ojos se abran como platos.
—Oh...—comienza mientras un ligero sonrojo adorna sus mejillas—Mia yo...
—Está bien—le digo sonriéndole.
—En serio lo lamento...—sigue pero yo le hago un gesto para que guarde silencio y ella sigue comiendo su rebanada sin decir nada más.
Evito pensar en Niall y en Emma mientras como mi última rebanada de pizza, la cual no está nada mal.
........
Niall—Papi, ¿puedo llevarme esto?—pregunta Emma mostrándome un vestido azul.
Asiento antes de esbozar una sonrisa.
—Lo que tu quieras, princesa—respondo y al hacerlo, sus ojos azules se iluminan.
—¡Si!—exclama metiéndolo en su pequeña maleta.
—Pero no demasiado—le advierto y ella asiente metiendo otra prenda. Sonrío negando con la cabeza.
—¿Ya has avisado al jardín de niños que Emma faltará?—pregunta la voz de Liam desde la puerta.
Me giro y veo a mi amigo verme con una de sus gruesas enarcadas y los brazos cruzados.
—¿Qué jardín de niños?—pregunto frunciendo el ceño.
—Te dije que la metieras este año—responde Liam soltando un largo suspiro, aunque sé que se ha molestado por la manera en que lo ha dicho.
—Pero este año tenemos la gira y además, Emma aún no esta lista—digo haciendo un puchero.
—Niall—dice él con voz firme—lamento decirlo, pero ella no siempre será una niña pequeña
Me giro y veo a Emma con Teddy, su oso de felpa favorito. Inflo mis mejillas y suelto el aire contenido. Liam tiene razón. No siempre será una pequeña. Me giro para darle la razón, pero en su lugar veo a Zayn.
—Niall, ¿puedes ayudarme a empacar?—pregunta desde el marco de la puerta—he tenido que salir un momento y...
—Claro—respondo levantándome de la cama y dirijo mi mirada a Emma—regresaré en un momento princesa, ¿está bien?
Emma asiente abrazando a Teddy con un brazo.
—Recuerda no empacar demasiadas cosas—le vuelvo a advertir con voz firme.
Ella vuelve a asentir y antes de salir, veo que ella mete otra prenda dentro de su maleta con una pequeña sonrisa.
......
X—Teddy, no hables—le advierte la castaña en un susurro a su amigo de felpa—el monstruo puede escucharte
Emma abraza fuertemente a su oso de felpa antes de emitir un gruñido, imitando a un monstruo.
—¡Nos ha descubierto!—exclama aterrorizada antes de salir de su escondite.
La pequeña castaña sale como un rayo de su habitación y se dirige a la de su padre, no sin antes asegurarse de que no haya nadie en el pasillo.
Entra en la habitación y lo primero que hace, es meterse en el gran armario frente a la cama. Quiere tener un buen escondite para que esta vez el gran monstruo no los encuentre ni a ella ni a su pequeño amigo. Aquel oso de felpa había sido compañero de Emma en cada una de sus aventuras. Ella vuelve a emitir un gruñido mientras se adentra más en el armario, chocando contra algo duro.
Emma se da la vuelta y toma el objeto entre sus manos. Una pequeña caja roja se encuentra frente a ella. La curiosidad de Emma hace que sus manos la abran.
Dentro de la caja hay demasiadas fotos y hojas de papel dobladas. Emma toma una de las fotos entre sus pequeñas manos. Reconoce al chico rubio como su padre pero no sabe quién es la chica que está a su lado. Es castaña, tiene unos lindos ojos cafés y unas cejas ligeramente gruesas. Emma examina la foto unos segundos con el ceño fruncido preguntándose quién es la hermosa chica.
—¿Emma?
La voz proveniente de la puerta es de su padre, que la ha estado buscando. Niall había buscado debajo de su cama y dentro del pequeño cuarto de baño; finalmente, había abierto la puerta de su armario, donde encontró a la pequeña con una foto en sus manos, dejándolo completamente helado.
—¿Qué haces...?—pregunta el chico acercándose a la pequeña.
—¿Quién es ella papi?—pregunta Emma apuntando a la chica de la foto.
Niall se detiene y traga saliva. La chica de la foto es la madre de Emma.
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Back for you
RomanceA los 16 años, Mia y Niall tienen mellizos. Pero por alguna extraña razón, Mia se va del país llevándose consigo al pequeño James y dejando a cargo a la pequeña Emma con su padre. Al pasar cuatro años, los pequeños comienzan a cuestionar porque no...