Bakugo Katsuki había triunfado en la vida, tenia un empleo que adoraba siendo el mejor en ello, un pequeño departamento que si bien no era lujoso era lo justo y necesario para el. Se sentía satisfecho con su modesta vida pese a tener un excelente ingreso de dinero prefería ahorrarlo para otro momento.
Amaba estar tras el volante, escuchar el ruido de inicio en una carrera donde contra todo se disponía a ganar dejando atrás a cada perdedor que se creía capaz de ganarle, era el mejor, nadie podía arrebazar la alta velocidad con la cual conducía y aquel abrumador talento con el que se movia por la pista de carreras hasta llegar a la linea de meta.
Su vida era simple, iba a practicar a la pista, de vez en cuando debía grabar comerciales que para el eran molestos pero estos ayudaban a tener patrocinios para su adorado auto de carreras, solía mantener un estricto régimen de entrenamiento. Podría pasar mucho tiempo sentado en su auto, pero eso para el no era un pretexto para descuidar su físico.
Aquella noche sus amigos le habían echo una pequeña fiesta pues pronto viajaria a Estados Unidos para una importante carrera. Aun si su cara de "perro amargado y roñoso" como le decía su amiga de cabellos rosas, todos sabían que el estaba igual de feliz que ellos por su hallazgo.
Tras negarse a beber alcohol solo se "divirtió" con aquellos cuatro amigos los cuales conocía de hace tiempo, a Kirishima solía verlo muy seguido despues de todo era el quien cuidaba de su querido auto, Kaminari trabajaba en una peculiar empresa de publicidad también solía toparselo seguido cuando tenía algún molesto encargó de publicitar a sus patrocinadores, Mina trabajaba como maquilladora profesional, y una mierda donde arreglaba a personas por dinero, y Sero tenia una modesta tienda de plantas, donde también vendía su rara comida vegetariana.
Estaba durmiéndose en el sofá de la casa del pelirrojo, así que decidió levantarse e ir a hasta el para informarle que se iria, les dijo que siguieran divirtiendose por el y salio de la casa antes de que Mina o Kaminari se le colgaran encima para no dejarlo ir.
Subió a su modesto auto, el cual había sido regalo de su padre, Masaru había estado nervioso ese día pues pensaba que el pequeño auto no sería del agrado de su hijo quien acostumbraba a otro tipo de autos.
Comenzó a manejar de manera segura, manteniendo su mirada al frente no quería terminar quedandose dormido al volante y ocasionar algún accidente, pese a ser un monstruo en la pista solía tener bastante cuidado al manejar en una carretera, Kaminari solía burlarse de el diciendo que manejaba como una abuelita. Tallo sus ojos mientras miraba hacia el semáforo que tenia un intenso rojo como su se burlase de el quien estaba demasiado ansioso por llegar a su preciada cama y dormir hasta el siguiente día.
Solo fue un pequeño segundo donde parpadeo cuando logro ver una mancha pasar demasiado veloz que era un imponente tráiler aceleraba hacia donde se encontraba y chocaba de lleno hacia su auto antes de que pudiese hacer algo. Todo había echo un gran estallido y su auto rodo por la carretera
—Mierda....-
Gruño bajo sintiendo su cuerpo doler, algo húmedo bajaba por sus oídos y su frente, aun si llevaba el cinturón y la bolsa de aire se activo ante aquel intenso golpe al auto aquel impacto había sido fatal para su cuerpo, escuchaba muy vagamente el ruido que hacia la bolsa de aire, además de un pitido molesto en sus oídos hasta que todo se puso aun mas borroso sin lograr mantenerse despierto por mas de un par de minutos.
Aquel fatídico accidente cambiaría por completo su cómoda y modesta vida.
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Señas
FanfictionBakugo Katsuki perdió por completo la capacidad de oír tras un fatídico accidente... Todoroki Shoto era el único medico disponible que atendió a aquel chico de rubios cabellos esa noche... Ambos con vidas distintas, se encuentran por una inesperada...