Situación Sentimental: Creo en el destino. (SS#2) (PAUSADA)

Capítulo 11

Isabella PDV

Después de haber estado enferma al menos 4 días, era tiempo de volver a la escuela. De cierto modo me alegraba, porque iba a ver a mis amigas y a George. Pero por el otro lado no, ya que prefiero quedarme durmiendo en casa en lugar de estar resolviendo problemas de matemáticas.

Al cabo de unos minutos me paré de la cama y empecé a arreglarme para ir a la escuela. Aún tengo la nariz un poco tapada, pero es un efecto que se va a quitar con el paso de los días. Agarré el suéter que estaba encima de mi silla y bajé las escaleras para desayunar.

Anne pasó por mí igual que cualquier día entre semana. Fue un poco difícil hacer todas las tareas en un solo fin de semana, pero qué más da, ¿quién me mandó a comer tanto helado hasta enfermarme?

Llegando a la escuela ni siquiera me molesté en pasar al locker, tenía la mayoría de mis cuadernos en mi mochila. Entrando al salón vi a Mike, Matt y Samantha sentados en sus respectivos lugares. Anne se recostó sobre su mesa, e imité su acto. La verdad tengo mucho sueño y no es como que tenga muchas ganas de hablar, sobre todo cuando la tos me interrumpe a cada rato, o en su defecto, algún estornudo.

Pronto llego George, me saludó como de costumbre, pero fue a sentarse con Mike, Matt y Samantha. Por una parte se lo agradecí, realmente no tengo ganas de hablar, pero por otra, mi estómago se revolvió con sólo verlo irse con Samantha. Ese es mi problema: soy celosa porque soy insegura, me da miedo que por alguna razón George quiera dejarme. Si se me pasa un poco cuando me dice que me quiere y todas esas cosas, pero algo dentro de mí me dice que las cosas no son iguales a como lo eran cuando empezamos. Hay parejas que con el tiempo van mejorando y otras que con el tiempo empeoran. Nosotros estamos en el medio.

—Hey –saludó Hayley.

—Hola –saludé y acto seguido bostecé.

— ¿No tuviste suficiente con un fin de semana y dos días extra? –se burló mi amiga.

—Lo siento, tengo mucho sueño, se me hizo una costumbre levantarme a medio día –expliqué.

— ¿Y George? –preguntó Hayley volteando a verlo.

—Pues, me saludó, estamos bien. Cuando él llegó estaba aún medio dormida, por eso fue a platicar con ellos –dije viendo al grupito que estaba del otro lado.

Seguimos platicando hasta que entró la maestra y la clase dio inicio. Quizá exagere, pero se sintió como una eternidad el no venir a la escuela dos días, sumando el fin de semana. Aun así, ese sentimiento se esfumó cuando la maestra indicó cuál sería la tarea. Es como si nunca hubiera faltado.

Un rato más tarde, teníamos clase de química, y a pesar de que hoy no teníamos dos horas, el profesor nos indicó que subiéramos al laboratorio. A veces subimos simplemente porque al profesor se le antoja, otras porque adelantamos prácticas para que el día que tenemos dos horas podamos utilizarlo para avanzar otras cosas. En lo personal, creo que la materia de química es ciertamente complicada al principio.

—Muy bien jóvenes, la práctica está en su página 29 del libro, es bastante sencilla y los materiales pueden encontrarlos en la bodega –indicó el maestro. Un representante de cada equipo iría, en mi equipo escogieron a Marie.

Iban de dos en dos, ya que al maestro le molestaba que hubiera tantas personas dentro de la bodega, mientras tanto, dijo que saldría por unos minutos porque lo buscaban en dirección. Y lo siguiente fue algo que me sorprendió. George había entrado a la bodega, seguido de Sam para conseguir los materiales respectivos, y no sé quién fue el chistoso que los encerró en la bodega.