LOVE GROWS ─ DRUIG

EXTRA: 03

WHAT IF... ( ALTERNATIVE UNIVERSE )

THE ONE WHERE DRUIG LOST THE GIRL

❪ ❝ and I can go anywhere I want, anywhere I want, just not home 

and you can aim for my heart, go for blood, but you would still miss me in your bones

and I still talk to you, and when you can't sleep at night 

I didn't have it in myself to go with grace, and so the battleships will sink beneath the waves

you had to kill me, but it killed you just the same, cursing my name, wishing I stayed

You turned into your worst fears ❞ ❫

[ PRESENTE — IRAQ ]

DRUIG CAMINABA EN DIRECCIÓN A LA PLAYA intentando no caer a causa de las rocas que el volcán había esparcido por la isla luego de la erupción. Podía sentir a Sprite caminando detrás de el a paso apresurado, sin embargo no podía importarle menos lo que esta tuviese para acotar sobre la manera en la que los había traicionado. Ella e Ikaris.

Lo único que pasaba por su mente era que quería verla, necesitaba verla. La ansiedad recorría cada parte de su cuerpo consumiéndolo por dentro. Sersi le había confesado momentos antes de detener a Tiamut la manera en la que Apollo había reaccionado a su muerte. Mentiría si dijese que se lo esperaba, o que tenía en claro todo lo que eso significaba para ambos. Había pasado siete mil años odiándola, o creyendo que lo hacía. 

Camino apresurado respirando una y otra vez intentando calmarse. Se encontraba nervioso, un hueco en su estomago y un corazón errático que golpeaba contra su pecho en un intento por escapar de este. 

¿Qué significaba todo esto? Los recuerdos de la noche anterior ocupaban su mente por completo. 

Oh, Apollo. 

Preciosa, preciosa, Apollo. 

A quien Druig había odiado por siete mil años, sobre quien no había sido parado de pensar en todo ese tiempo donde los Eternos se encontraban separados, quien acechaba su sueño por las noches y quien le recordaba del sol. Cada mañana era una tortura para el Eterno, este creyendo durante años que se debía a su orgullo y el saber que el sol de cada día era una obra de la persona a la que mas detestaba de todos los años de su existencia. Sin embargo, ahora lo entendía. No era eso lo que provocaba en su interior que su sangre hirviese o que su pecho bajase y subiese de manera irregular en contra de lo que este desease. Cada mañana era una tortura porque lo único que obtenía del sol era el fantasma y el constante recuerdo de quien el mas deseaba sin saberlo, su cuerpo independientemente de su mente pidiendo casi a gritos en su interior el regreso de la diosa, enemiga o aliada, no le importaba. 

Su cuerpo ameritaba su tacto teniendo en cuenta como este había marcado cada parte de si en sus anteriores vidas, Druig no sabía si era verdad aquello que había sentido la noche anterior, sin embargo no tampoco necesitaba ponerlo a duda para saber que había una gran posibilidad de que en otra vida, habían pertenecido al otro. En otra vida, Druig había tenido el lujo de que ella fuese suya, y viceversa. Si Apollo se lo permitía, el eterno se entregaría a ella en cada aspecto que le era posible porque ese era el control que ella tenía sobre el. El sería suyo mientras ella se lo permitiese. Esa era la manera en la que Druig deseaba a la diosa, aquella forma donde el estaría listo para dar cada parte de si por ella hasta el momento donde ella lo ameritase, siendo capaz de sacrificar y destruir ciudades por el amor de la persona a la que había odiado en voz alta y querido en silencio por años.