LOVE GROWS ─ DRUIG

06: THAT NAME SUCKS, PHASTOS

06: THAT NAME SUCKS, PHASTOS. 

[ PRESENTE — IRAQ ]

APOLLO CAMINABA CON TRANQUILIDADA POR EL TERRENO IRAQUÍ. Era un día agitado, sin embargo, se hallaba de buen humor ya que vería a Makkari. No la veía desde hace años y aún tenía pendiente su visita. La ultima vez que la vio había sido hace años, donde Makkari le había pedido ayuda en busca de la tan famosa tableta de esmeralda. La habían buscado en la epoca de Babilonia y nunca habían sido capaces de encontrarla, ya que según los habitantes, esta era un simple mito. Apollo y Makkari pasaron años buscándola, la ultima vez que se habían visto, habían conseguido muchos indicios de donde podría estar. Sin embargo, Apollo nunca supo si se había hecho con esta finalmente. 

Todos observaron con atención como Phastos desbloqueaba El Domo con ayuda de sus poderes. Al ingresar, Apollo no pudo evitar rodar los ojos al notar que Kingo seguía grabando su documental. ¿Cuántas cámaras traía su asistente? Había pensando en dejarlo ciego, pero le caía lo suficientemente bien como para tenerle un poco de piedad. Además, Apollo no tenía fe en la misión, por lo que sería una tragedia pasar los últimos días de tu existencia ciego. A veces era empática. A veces, muy a veces. 

— Una quietud inquietante nos ahoga los pulmones. 

— ¿Qué haces? — Cuestionó Phastos con un tono de nerviosismo en su voz. —Sabes que nos asustas. Lo sabes, ¿verdad?— Apollo arrugó la nariz ante las palabras del eterno. Si uno de sus poderes fuese oler la ansiedad, en estos momentos Phastos apestaría a ella. 

Sin querer, Thena aplastó un paquete de papas, haciendo sobresaltar al asustadizo eterno quien exclamó con nerviosismo. — ¡Dios! ¡Mantén la calma, T, por favor!— La portadora de la luz levantó una de sus cejas en su dirección, este tomó el paquete del suelo inspeccionándolo con manos temblorosas. — Patatas fritas. Solo son patatas fritas. 

Definitivamente iban a morir. Apollo se llevó el dedo índice y el pulgar al puente de la nariz inspirando hondo. 

— Como pueden ver, ser un Eterno no impide tener emociones humanas... como la cobardía. — Apollo intentó no reír ante su comentario, sin embargo, una risa ahogada escapó de su garganta llamando la atención de Sersi, quien golpeó su costilla con su codo. 

Todos se sorprendieron al ver en lo que Makkari había transformado El Domo. Sus posesiones se encontraban todas al rededor del lugar, Apollo no pudo evitar sonreír ante la presencia de los recuerdos con su amiga. La mayoría de cosas las habían encontrado juntas en sus viajes, algunas habían sido pertenecía de Apollo en la época griega, tales como un arpa que se encontraba del lado izquierdo o una estatua de serpientes escondida detrás del sarcófago. Esta sabía la atracción de la corredora por resguardar los elementos históricos de las manos de los humanos, por lo que cada cosa que Apollo recolectaba y que no tenía sitio para en su casa, iba a parar en las manos de Makkari.