Sin nada que perder, los pies de Gabrielle le condujeron hasta el lago. Sabía que el lago era un importante lugar para Xena y que siempre que podía gustaba de pasar tiempo en el memorando los recuerdos de su hermano pequeño Lyceus. La esperanza de encontrarla estuvo presente hasta el último momento, pero el lugar estaba desértico. Sus ganas de regresar eran nulas y con una desilusión palpable en su rostro, tomó asiento en la orilla no viéndose capaz de adentrarse sola en un bosque que no conocía. Al no haber suerte se desilusionó un poco y no conocía tanto el paraje como para adentrarse sola en el bosque. Lanzó una piedra y seguidamente otra, no conseguía hacer Gabrilla, por otro lado, era relajante.
—No es así.
Gabrielle sin levantarse vio como una mujer alta y castaña se acercaba y tomaba asiento a su lado autoinvitándose. — Si quieres te enseño es sencillo—. Seleccionó una piedra y la lanzó consiguiendo hacer ocho saltos de golpe.
Unos ojos esmeraldas se sorprendieron, aparte de la guerrera no había visto a nadie tener tal habilidad.
—Me gustaría, es algo que he intentado varias veces, pero siempre consigo el mismo resultado— Lanzó otra piedra y se sintió un plof a continuación.
La castaña sonrió, tomó otra piedra y se levantó indicando a Gabrielle que hiciera lo mismo, le colocó la piedra en la mano y se puso justo detrás de ella colocando el brazo de la bardo en la posición correcta para lanzarla al igual que la muñeca. —Ahora lanza sin cambiar la postura— La soltó y Gabrielle lanzó la piedra, abriendo la boca cuando consiguió hacer cuatro saltos de golpe por primera vez.
—Si sigues practicando, llegará un día que te saldrán muchísimos más — Aseguró la castaña. — Yo aprendí de pequeña, solíamos hacer competiciones con mis hermanos y primos, más algunos de la aldea, siempre les ganaba — Se giró y Gabrielle se quedó impresionada al ver esos ojos azules. La castaña por su parte también se quedó sorprendida al ver a la bella bardo.
—No me he presentado, mi nombre es Laynara— Ambas sostuvieron sus brazos a modo de saludo. — No te he visto nunca por aquí.
—Me llamo Gabrielle— Que bonitos ojos, no son los mismos, pero son tan parecidos a los de Xena. —No soy de aquí, he venido en algunas ocasiones, vengo con una amiga, pero soy de una aldea cercana, Potedaia.
Estuvieron charlando animadamente durante toda la tarde, Laynara era divertida, no cesaba de hacerla reír con pequeñas ocurrencias, y lo que llevaba de tarde Gabrielle había recibido más cumplidos que en toda su vida. Su sonrojo estaba siendo permanente, pero se sentía bien, el saber que alguien tan bella como Laynara la encontrara igual de bella, aumentaba su autoestima de por sí últimamente desbastada. Ojalá fueras tú Xena quien me las dijera.
—Es tarde, debo regresar, se estarán preocupando. Dije que estaría para la cena.
Laynara tampoco pretendió permanecer tanto tiempo fuera, al ver que estaba por ponerse la luna hizo una mueca que la rubia no supo interpretar.
– Me lo he pasado muy bien, quizás podemos vernos otro día, antes de que emprenda mi viaje.
—Cuenta con ello, no consigo encontrar jóvenes tan lindas y listas como tú—Dijo Laynara, mientras el rubor de Gabrielle regresó. —Te acompaño, de todos modos tengo que pasar justo por la posada— Gabrielle aceptó la compañía.
—Voy a buscarla no es típico en ella— Cyrene intentaba calmar a su hija. — No lleva su Vara, le he dicho mil veces que se la lleve si pretende alejarse, Gabrielle nunca se retrasa para comer—
Cuando iba a salir, la puerta de la posada se abrió y se quedó helada, al igual que su hermano. Una alta mujer castaña entró sosteniendo la puerta para que entrara la menuda rubia detrás, hubo silencio general en toda la posada.
ESTÁS LEYENDO
Todo en familia
FanficXena prometió a su hermano Toris que asistiría a su cumpleaños. Promesa que Gabrielle se encarga de que cumpla. Pero el camino estará envuelto de preguntas y sentimientos escondidos. Un familiar de Xena podría poner en peligro la vida de Gabrielle y...