Capítulo 5: Resfriados y bocetos.
Jasón
Cuando mi madre me ha mandado a la tienda a por leche, la verdad no esperaba encontrarme con la vecina de al frente caminando bajo la lluvia como si no estuviera lloviendo.
Nuestros últimos encuentros han sido extrañamente oportunos, o no. Depende desde donde se mire.
Lleva un chaleco totalmente mojado al igual que toda su vestimenta. Hay algo en ella que me recuerda a mí hace unos años atrás.
De un momento a otro el verla caminando tan lentamente sin ninguna preocupación por su salud me enfurece, ¿es que en serio ella puede darse el lujo de enfermarse cuando quiera?, es totalmente injusto.
Enojado y frustrado avanzo hacia ella con el paraguas en mano, quizás a ella no le importe su salud, pero hay otros que morirían con el resfriado al que ella se está exponiendo, es simplemente irresponsable.
Cuando llego hasta ella su cara de alerta cambia rápidamente a una de confusión.
Esto me altera aún más, ni si quiera se ve afligida por estar mojada.
—¿Es que quieres pegarte un resfriado y morir?, ¡ten esto y camina, lo necesitas más que yo! —Le grito para que me escuche bien, la lluvia es tan fuerte que hasta mi voz se escucha baja.
La primera vez que la vi estaba muy oscuro para ver sus ojos. Son los ojos más hermosos que he visto en toda mi vida.
Me digo a mí mismo que los ojos de mi madre son más lindos, o incluso los de Elle. Pero sé que quizás nunca vulva a ver unos ojos más cautivadores que los de ella.
Me espabilo y me alejo rápido de ella, aún tengo que ir a buscar la leche.
Cuando vuelvo a casa, Elle viene saliendo de la ducha con una toalla envolviendo su cuerpo y otra su cabello, el vapor que sale del baño es tanto que no sé cómo no está rostizada.
—¡Vaya! ¡Te has duchado!, ya te hacía falta eh, tu piel estaba cambiando de color gracias a toda la suciedad que tenías. —digo, burlándome de ella, es una maniática del aseo, la limpieza personal es algo indiscutible para mi hermana.
—¿Qué? ¿cómo que cambiando de color? ¡Mamá! ¿Mi piel estaba cambiando de color? —grita un tanto desesperada, eso es lo otro, se toma todo muy en serio.
Sale corriendo aún en su toalla en busca de mamá. Nunca me cansaré de molestarla, es muy fácil hacerla enojar.
Voy a la cocina para dejar la leche y me preparo un sándwich, no como desde el almuerzo y yo como todo el tiempo.
Me llevo mi comida a mi cuarto, necesito despejarme.
Félix, mi gato, está durmiendo en mi cama, tengo que mantenerlo alejado de mi hermana, además de ser alérgica, les teme con toda su vida.
No puedo sacarme sus ojos de la cabeza, es como si su mirada me hubiera atrapado. Necesito dibujarlos, quizás así deje de pensar en ellos, siempre funciona.
Llevo dibujando sus malditos ojos toda la noche, y por si no fuera poco, cada vez me gustan más. Creo que después del quinto dibujo comencé a hacer bocetos de su rostro completo, incluso en el doceavo dibujo la hice con su cabello mojado, con pequeñas gotas de lluvia cayéndole en la cara. Estoy mal, muy mal.
Escucho que tocan a la puerta de casa. Qué raro, son las 4 de la mañana.
Mi madre y hermana deben estar durmiendo, por lo que yo voy a ver quién es, no sé quién podrá ser a estas horas de la noche, pero no voy a esperar que entren a robar o algo así. Tomo un cuchillo de la cocina y me dirijo a la puerta. No sé muy bien que haré con un cuchillo, nunca he lastimado así a nadie, al menos no con un arma real.
Abro la puerta rápidamente luego de decidir que esa sería la mejor manera de sorprender al ladrón. Pero no es un ladrón lo que me espera al otro lado del umbral.
Son unos bellos ojos cafés con diminutas manchitas negras alrededor del iris. Unas pestañas largas. Pecas alrededor de su nariz, de sus mejillas, de su boca, pecas en todas partes, como miles de estrellas en su cara, como si alguien la hubiera rociado con una hermosa pintura, pero la pintura no es la hermosa, es ella. Y me está sonriendo. Y me siento como en un sueño. Y me siento como en el cielo. Estoy volando, estoy muriendo.
Yo también sonrío.
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Siempre siempre
Teen FictionSinopsis Ella y él no pensaban ser amigos. Los dos estaban demasiado rotos para ver más allá del mañana y a ninguno le importaba sanar sus vidas, pero, ¿Cómo pueden dos almas perdidas encontrar consuelo si no es con otra igual? Juntos descubrirán...