VETE AL DIABLO

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23 de Julio.

Estoy más que seguro que disfrutaras de más todo esto, te fascina torturar a tus estudiantes. Aún no puedo creer que seas una docente en esta universidad. Me pregunto, Qué pensarían, si se enteraran que andas cogiéndote a tus estudiantes en los baños de un bar.

Como sea, lo mejor será terminar rápido con esto. Me pediste que realizara un diario y que en el hablara sobre mi compañera, sobre la clase y como una buena egoísta, sobre ti. Bien, no creo que te guste lo que dire.

Comencemos hablando de ti. Eres una mujer jodidamente astuta. Eres bastante atractiva y tienes un cuerpo tentador, lo suficientemente tentador como hacer que me lo coja. Pero eso no volverá a pasar, de eso debes estar segura. Estás loca al creer que tu clase es demasiado importante. Bueno, creo que desde aquí hablare sobre ti, como docente.

Considero que estás sobre exigiendo con tus malditos trabajos, no estás planeando correctamente tu evaluación. Pero, quien soy yo para decírtelo, ¿cierto?

En cuanto a Violet Jones. Hoy me paso algo bastante curioso con ella. Al llegar a su habitación para realizar la asignación que solicitaste. Me recibió de una manera bastante curiosa, solo llevaba sostén y unos shorts cortos. Y para ser bastante honesto conmigo mismo, tiene mejor cuerpo que tú. Su piel es jodidamente blanca, digna de dejar una bonita marca en ella. Sus pechos, grandes, redondos y cubiertos de encaje, me apetecen pasar mi lengua sobre ellos y quizás follarlos. Su cintura es pequeña, pero no demasiado, al igual que sus caderas. Y ni hablar de sus deliciosos muslos.

Para cuando se dio cuenta del estado en el que se encontraba, parecía bastante avergonzada. Eso, extrañamente me llevo a preguntarme, cuantos hombres habrían logrado verla así, o aún más expuesta. Pero la sola imagen de un hombre sobre ella, me molesto un poco.

Bueno, como sea. Es una chica demasiado inocente, me causa mucha gracias verla esforzarse por ser amable y educada conmigo. He pensado seriamente en mantenerme lejos de ella, pero de alguna manera me es imposible no mantenerme atento a sus movimientos.

Es extraño, pero me transmite demasiada paz, me motiva a ser yo mismo. No logro esconder nada de ella, es como si sus ojos dorados, me llamaran a ser honesto y transparente. Me causa un poco de temor que se adentre en mi vida, que descubra todo lo que mi infierno significa.

No deseo corromper su pureza. Violet es como un juguete nuevo, demasiado limpio para mis sucias manos. Deseo que se aleje de mí, que me haga a un lado. Pero a la vez, deseo desesperadamente que me permita entrar a su vida.

Aedas Brown.

Las cartas que jamás te di. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora