15 de agosto.
Estamos a mitad de trimestre, y no estoy demasiado segura de lo que se supone que debo contar. He encontrado un hermoso lugar para estudiar, es agradable y un tanto romántico. En cuanto a mis clases, trato lo más que puedo, de lograr tener todo al día. No puedo negar que se me ha hecho un poco difícil seguirles el paso a algunos maestros.
Bien, creo que comenzare con esto.
Betsabe decidió fugarse a una fiesta, a la cual habíamos acordado no asistir. Me preocupe enormemente cuando la escuche estar tan borracha, tanto que termine llamando a Azriel. Quien, para mi desgracia, parecía estar un poco ocupado. La verdad, es que casi muero de la vergüenza. No podía creer lo que había escuchado, jamás lo voy a olvidar, así como jamás voy a olvidar la imagen que se me vino a la cabeza.
Sin embargo, Azriel fue realmente lindo conmigo y me ayudo a ir por Betsabe. Pero la cosa fue a peor. El lugar estaba repleto de chicos ebrios e incluso drogados, me lleve un susto terrible cuando con un chico, me obligo a tomar una droga y termine forcejeando con él, ya podrán imaginar el resto.
Estaba realmente asustada de lo que podría llegar a pasarme. Pero Aedas apareció y me salvo. Me sentía más tranquila, aunque no me duro demasiado, ya que me obligo a vomitar. Fue tan horrible, él se quedó a mi lado e incluso limpio mi rostro con una toalla. Su actitud fue realmente reconfortante. De alguna manera me sentía en calma, tenía tanta paz junto a él en ese lugar.
No puedo explicar lo que sentía con él y mucho menos lo que paso después.
Sus manos acariciaron la piel de mi cuello y mis mejillas, una extraña sensación de alivio recorrido mi cuerpo. Solo pude cerrar mis ojos y dejarme llevar por la calidez de su tacto. No puedo explicarlo correctamente, todo paso en un abrir y cerrar de ojos. Sus labios contra los míos, su lengua moviéndose ávidamente en el interior de mi boca, sus manos sosteniéndome con firmeza y acercándome a su cuerpo. Las sensaciones que sentía son realmente inexplicables, creo que perdí la cabeza al dejarme llevar.
Nos vimos interrumpidos por una llamada en su teléfono. Ex extraño, pero sentí un poco de frustración cuando todo paro. Me sentía tan avergonzada por eso. Pero es que, el solo hecho de ver a Aedas en un estado de simiexitación me provocaba el deseo de continuar, aun cuando sabia que estaba mal.
Si creara una lista de cosas extrañas sucedidas esa noche comenzaría por:
-El momento en el que fui drogada y casi termino siendo violada.
-el beso con Aedas.
-el hecho de haber descubierto la posibilidad de que Aedas y Betsabe tuvieron algo que ver.
-El momento en que Betsabe casi me besa.
-El saber que a Aedas le rompieron el corazón.
La verdad es que la lista de esa noche se volvería demasiado larga y enumerarla sin un orden lógico o entendible, resulta agotador.
Esa noche terminé en casa de Aedas, conocí a su hermana Luna, es una chica tan hermosa, pero al igual que su hermano puede llegar a ser un poco fría. Ella, Azriel y Aedas mantuvieron una pequeña discusión de lo paso en el segundo piso de la cabaña. Me sentía tan pequeña e insignificante, pero de nuevo, por segunda o tercera vez en la noche, Aedas me salvo.
Y para no hacer tan larga la historia, terminamos besándonos de nuevo, sé que no debería haberlo hecho, que estaba mal en muchos sentidos, pero es que, se sentía tan bien que me era imposible detenerme.
Me pase la noche entera pensando en lo que había pasado. A la mañana siguiente, el día domingo para ser exactos. Conocí a Dreiko, el cachorro Pitbull de Aedas, es tan hermoso. También conocí a Atwood el tercer hermano de Aedas. Intento besarme y para variar, Aedas llego al rescate, tuvieron una discusión, de la cual creo, pensaron haberme excluido. Pero entendí todo y me dejo una duda. ¿Quién es ella?
Ahora se varias cosas sobre Aedas Brown. La primera, es que sabe a menta con chocolate, la segunda es que tuvo algo que ver con Betsabe y, por último, sé que puede hablar en alemán. Y la verdad, es que su voz se escucha tan sexy.
Violet Jones.
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Las cartas que jamás te di.
RomanceTodo este tiempo ... los pensamientos y el gran amor que Aedas y Violet sentían, se encontraban plasmados con tinta pálida en las viejas páginas de un diario. Todas aquellas palabras que pronto se convertirían en completo silencio permanecían oculta...