Manos extras / Entrando en calor

900 116 39
                                    

Ofuscado.

Esa es una buena palabra para describir como se siente desde el segundo que vio a Cartman. Desde que lo escuchó, desde que lo observó actuar como alguien acorde a su edad. No, no acorde a su edad. Alguien más maduro, al menos más maduro de lo que alguna vez Kyle pensó que lo sería, porque, ¿Qué persona que en realidad conoció a Eric Cartman pensaría que a sus diecisiete años seria alguien realmente maduro?

Aunque no puede decir que es realmente maduro, porque no pasó demasiado tiempo viéndolo e interactuando con él. Más bien se la pasó mirando desde una distancia prudente, sin ser capaz de concentrarse debidamente en los demás que lo rodean.

En algún punto de la noche, escuchando a Stan reír a carcajadas por alguna situación que narraba Clyde, teniendo a Bebe a un lado, lanzándole coqueteos indirectos, sus ojos prestaron atención a Kenny, que hablaba por lo bajo con Butters a una corta distancia de ellos. Vio a Cartman acercarse, sabrá Dios en donde había estado antes, pero lo vio intranquilo. Se acercó lo suficiente a Kenneth, tirando de la manga de su suéter naranja para llamar su atención; su amigo rubio se inclinó hacia su costado, acercando su oído lo suficiente a Cartman. Susurra en su oído algo rápido, a lo que Kenny simplemente asiente.

De inmediato Kenny volteó hacia Leopold, diciendo algo que Kyle no es capaz de entender, pero el rubio menor parece entender rápido.

Cartman y McCormick se dirigen hacia la camioneta del segundo, mientras Leopold corre hasta el grupo donde está Kyle, tomando lugar junto a él y Stan.

No pudo ocultar la curiosidad que albergaba en su interior.

—¿A dónde van el gordo y Kenny? —cuestionó, ignorando por completo a la chica rubia que le hablaba sin parar.

—Oh, Eric dijo que tenía que regresar a casa.

—¿Y Kenny va a llevarlo?

Butters asintió.

—Pero regresará, su hermano aún sigue aquí.

Kyle frunció el ceño, sacando su celular del bolsillo de su pantalón.

1:30 AM

Es temprano hasta para el propio Kyle, teniendo en cuenta que la última vez que su madre le condicionó la hora de llegada fue hace unos dos años. ¿La madre de Eric realmente le dio hora de llegada? Recuerda vagamente la actitud de Liane Cartman y, en resumidas cuentas: no es precisamente una madre responsable.

—Qué raro —habló lo suficientemente fuerte para que Stan lo escuchara.

—¿Uh, qué cosa?

—Ah, nada. Es temprano y Cartman se acaba de ir.

Marsh miró hacia todos lados, dándose cuenta de la ausencia de la camioneta de Kenny.

—Debe estar cansado por el viaje, ¿Cuántas horas son de California a Colorado? —preguntó, sacudiendo un poco a Wendy, quien lo abrazaba. Ella se encogió de hombros, restándole importancia al asunto y continuando su charla con Nichole.

Nadie volvió a mencionar mucho de Cartman. Parecía como si a nadie le importara mucho el regreso de Eric al pueblo; quizás era así. ¿Por qué tomar importancia a algo como eso? Ah, Kyle sabe por qué. ¡Se trata Eric Cartman! Quien a sus 10 años podía ser clasificado como el peor criminal de South Park, un loco suelto con quien no debían meterse. Y si fue capaz de asesinar a los padres de un chico y dárselos de comer cuando era solo un niño, Broflovski no quiere pensar en lo que será capaz de hacer actualmente que tiene 17 años.

Aún con Cartman vagando en su mente, en algún punto de la fiesta dejó de pensar en él, se relajó y disfrutó de la convivencia con sus compañeros.

El mismo de siempre | KymanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora