🄶🄴🄼🄴🄻🄾🅂 🄺🄾🄱🄰🅈🄰🅂🄷🄸

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-¿Qué?-dije en un grito, estoy demasiado estresada y la verdad es que estoy odiando en estos momentos a mis hijos.

-Manjiro formo la Kanto Manji, aquí tiene el informe-dijo Taro mientras Kano me traía un té para calmarme.

Abrí la carpeta que me habían dado y vi que en ella estaba Manjiro junto a Sanzu, maldita escoria debía matarte cuando pude, ahora el único peón que me esta sirviendo es Mucho y el estúpido aun no puede salir de la cárcel.

-¡Malditos sean! ¡mierda!-dije arrojando mi taza haciendo que se rompa en mil pedazos.

-No te estreses- habló Taro en un susurro.

-No podemos involucrar a los Yakuzas en esto, están en una pelea contra la mafia china así que solo nos queda una opción...-ambos hermanos me miraron fijamente.

-Odio tener que reunir a la familia mas de una vez al año, traigan a Hideki Hayashi y Saiko Takahashi...Espero que me sirvan para algo.

Me puse de pie y camine hasta la habitación, los hermanos intentan ayudarme a caminar pero no dejo que lo hagan. No quiero depender de ningún hombre en estos momentos, me la he pasado llorando y sobre todo pensando en que podría hacer con ese maldito mocoso.

Kisaki aún esta en coma debido a sus daños tanto a nivel cerebral como físico, en unos meses va a poder comenzar a tener sus fisioterapias, así cuando despierte pueda volver a ser quien era antes. Se que el es bueno y que mi mejor amigo podría sanar su corazón herido por un amor del pasado.

-¿Estás segura que quieres enviar a esos dos?-preguntaron los chicos detrás de mi.

-Si, voy a enviar desde el más débil al más fuerte de los que hay en el clan. No me importa quedar sin miembros, me importa proteger a los Yakuza. 

-Manjiro Sano es una amenaza que debemos eliminar de inmediato-dijo Taro.

-Llama al jardinero- dije poniéndome de pie para bajar las escaleras hacia la cocina.

-¿Heh?¿Por qué?- preguntó Kano.

-¡Sólo hazlo!-dije mientras Taro me sostenía.

-Bien- contestó.

Por lo que recuerdo su único nieto es un completo desastre y se encuentra ahora mismo en prisión, quiero saber cual es el terror que le tienen sus abuelos como para no haberlo traído de Brasil antes y que ahora este en la correccional junto a los reyes celestiales.

Tomé asiento en el sillón de color negro y dorado mientras que esperaba al hombre, una de las sirvientas coloco agua de rosas en la mesa y unos dulces por mis antojos. Veo por uno de los ventanales que hay en la sala y la vista es realmente hermosa, sin pensarlo llevo mi mano hacia la gran barriga que tengo en este momento y siento una patada que hace estremecer, los bellos se me ponen de punta cuando siento nuevamente aquel movimiento que viene de los bebes. Es realmente raro pero a la vez lindo.

-Taro-dije llamando su atención.

-¿Si?-pregunto acercándose a mi.-¿Te sientes bien?

-Pon tu mano aquí-conteste por lo que el la coloco en mi vientre.-¿sientes?

-¿Heh?-miro mi vientre y comenzó a sonreír.-Patearon...

-Si.

-Tn, los bebes patearon-dijo con lágrimas en sus ojos.

-Lo se, creo que están enojados también...

-Dios, estoy muy feliz- limpió un poco sus lágrimas y volvió a su lugar detrás de mi.- Me gustaría que Hanma y Kisaki pudieran sentir esta hermosa sensación.

ʙʟᴀᴄᴋ ᴡɪᴅᴏᴡ (Tn x Hanma) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora