🄽🄾🄲🄷🄴

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-No-dije nuevamente ante su pregunta, durante todo el viaje hizo la misma pregunta más de siete veces, Kisaki estaba cansado y el chofer no aguanto su risa y tuvimos que parar para que pudiera recuperar el aire.

-Una vez-contesto detrás de mí mientras un guardia abría la puerta principal de casa.

-Deja de molestar...estoy cansada y tengo mucha hambre, matar personas me da hambre...

-Bueno pero quiero que mañana digas que sí-comenzó a caminar a la sala mientras que Kisaki y yo nos miramos ante las acciones del chico.

-¿Siempre actúa así o qué?-pregunté al chico de anteojos.

-No lo sé, es la primera vez que hace eso...

-Hmmm raro, ¿quieres comer algo?

Caminé a la cocina mientras él iba detrás de mí, no me molestaba el hecho de que se quedaran en casa, solamente que era la primera vez que una de las personas a las que tengo que brindarles mi protección ha actuado de esa manera.

Una vez en la cocina mire fui directo a la heladera y examine detenidamente lo que había dentro, estoy entre comer un pedazo de pizza y el frasco con dulce de leche. Mi boca está un poco amarga por lo que decido sacar el dulce. Kisaki toma asiento en la isla y desde allí mira atentamente todo quieras de la heladera...

-Solo beberé agua-contesto poniéndose de pie y trayendo con el un vaso con agua fresca.-Luego tendré hambre.

-Señorita tenemos un problema- miré a uno de los trabajadores de mi padre y metí otra cucharada de dulce en la boca por lo que siguió hablando.-Un hombre intentó violar a una de las bailarinas del club. De nuevo...

-¿A una bailarina?-deje la cuchara a un lado y le di un sorbo a mi botella de agua, él asintió esperando mi respuesta.-Llevalo al cuarto rojo...

-Sí, señorita-respondió saliendo del lugar.

Me quede pensando allí que torturas recibiría por intentar meterse con una de mis chicas. Desde que papá tiene que viajar de un lado a otro, yo me hice cargo de más de uno de sus clubes nocturnos en los cuales hay bailarinas y prostitutas. Todas las que están allí están por su voluntad y se les preguntó si no querían hacer otras cosas dentro de la organización. Además de eso, siempre me lleve muy bien con todas las chicas por lo que siempre me tomo un día a la semana para ir a verlas y saber si las han estado tratando bien y si están comiendo bien. Son mujeres y tienen que tener un trato digno.

-¿Qué es el cuarto rojo?-pregunto Hanma desde el marco de la puerta.

-Es donde llevamos a las personas que nos traicionan, intentan estafarnos y los que se quieren pasar de listos más de una vez con mis chicas...

-¿Lo vas a matar?-preguntó Kisaki

-Depende de lo que me digan las chicas.

Esperamos un rato más hasta que llegaron cuatro de las chicas que son bailarinas en el club de Ueno, ellas eran las más dulces de todas las que han estado en el negocio además de que relativamente son nuevas y la mayoría de hombres se quieren aprovechar de ellas. Me miraron un poco apenadas ya que sabían que venían a decirme sobre este hombre asqueroso.

-Chicas, vengan conmigo-caminamos al gran comedor donde tomaron asiento.

-Perdón por interrumpirte hoy, señorita-hablo la rubia que apenas había llegado al club hace dos semanas.

-Pero es que ya no podemos con esta situación...-una de ellas tenía los ojos llorosos y su amiga que estaba al lado la abrazo.

-¿Quieren un poco de té?-ellas asintieron a lo que chasqueó los dedos haciendo que dos de mis empleadas fueran a la cocina rápidamente.-En un momento van a traer el té con galletas.

ʙʟᴀᴄᴋ ᴡɪᴅᴏᴡ (Tn x Hanma) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora