Joaquín POV
Mis padres decidieron pasar el resto del día en la ciudad, pocas veces dejaban el rancho y ahora que estaba aquí se sentían tranquilos de tomarse un respiro. Los empleados ya sabían sus tareas, ni siquiera necesitaban que estuviera afuera con ellos, pero sentía cierta curiosidad por el hombre al que Emilio había acusado tan firmemente, sabía que no haría ninguna de esas cosas si me veía cerca, así que lo vigilaba desde adentro de la casa.
No logré ver nada raro en él, saco a los caballos del establo por separado con ayuda de otro de los chicos del rancho, los hizo dar un par de vueltas en un improvisado circulo por el campo para relajarlos y los guio hasta el río para tomar agua. Los animales no se veían asustados de él y los demás empleados le saludaban cada que se cruzaban con él como si fueran amigos de toda la vida, la gente de mi padre era muy leal al rancho, se sentían como parte de la familia, no creía capaz a ninguno de ellos de ocultar algo tan grave como las acusaciones que había hecho Emilio, pero él no tenía razones para mentirme al respecto, al menos ninguna que pudiera imaginarme.
Cerca de las cinco empecé a alistarme para nuestra cita con una larga ducha que me relajo los músculos por completo, al salir busqué un atuendo decente en la maleta que aun descansaba a los pies de la cama, no había terminado de decidir que hacer y sentía que si guardaba todo en el armario quería decir que me quedaría más tiempo del previsto, lo cual no me molestaba, pero tenía una vida en la ciudad, un trabajo, amigos, un apartamento por el que seguía pagando renta, mudarme iba a requerir más que esa diminuta maleta y de solo pensarlo me sentía abrumado.
Me coloqué un pants ligero encima pues aun me quedaba más de una hora antes de que viniera a buscarme, arreglé mis chinos lo mejor que se podía con el clima en el rancho y mientras buscaba una nueva botella de desodorante recibí una llamada del mismo productor que había pedido viniera aquí, solo entonces recordé el montón de mensajes que no había contestado.
―Hola. ―exclamé de golpe sentándome en la orilla de la cama, había estado tan absorto en otras cosas que olvide mis responsabilidades.
― ¡Joaquín! Dios, llevaba buscándote desde hace días, no volviste a contestar después del concierto y nadie sabía de ti, estaba muy preocupado. ―suspiré pasándome las manos por el cabello solo para bufar al darme cuenta que acababa de arruinar mi media hora de trabajo en los chinos.
―Lamento haber desaparecido, es solo que llevaba mucho tiempo sin venir a casa y he estado ocupado. ―murmuré apenado, él suspiró con tranquilidad y le resto importancia a la situación.
―Solo queríamos asegurarnos de que estuvieras bien, fuimos nosotros los que te pedimos fueras hasta allá, temíamos que algo te hubiera ocurrido por nuestra culpa. ―explicó un poco más tranquilo, sonreí avergonzado y negué como si pudiera verme. ―Te dejaremos disfrutar tu tiempo en familia, no te preocupes, te vendrán bien esas vacaciones y ya hablaremos de tus nuevas letras cuando vuelvas a la ciudad, solo avísame cuando llegas ¿de acuerdo?
―Leo. ―murmuré jugando nerviosamente con los cordones de la sudadera. ―He estado pensando y hay una posibilidad de que regrese a la ciudad solo a recoger el resto de mis cosas para regresar al pueblo. ―continué mordiéndome el labio inferior.
―Oh, no sabía que tenías planes de mudarte tan...lejos. ―musitó con la voz confusa.
―No pensaba hacerlo tan pronto, pero siempre supe que volvería al pueblo para quedarme a cargo del rancho de la familia y ahora mis padres están listos para retirarse, así que es una posibilidad. ―expliqué, aunque en el fondo sabía que si hubiera encontrado a Emilio casado ni siquiera habría pensado en el rancho, tan solo habría regresado a mi apartamento sin mirar atrás. ―Todavía no tengo todo arreglado, aun tengo el boleto de vuelta para dentro de un mes, pero quería informártelo.
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Maldición Marcos
FanfictionDos niños se conocieron a los siete años, una mañana después de un horrible tornado. Después de que una de las inmensas construcciones que separan sus casas, fuera destruida durante la noche, un par de ojos curiosos se encontraron por primera vez mi...