Seis meses después
Joaquín POV
Terminé de redactar el último correo con las canciones que había escrito durante el mes, todas habían sido registradas bajo mi seudónimo y los adjuntaba con la prueba de ello también, por lo que sabía no solo Amanda tenía acceso a mis letras ahora, sino que un grupo de sus artistas nuevos habían sido elegidos para grabar un par de ellas y estaban siendo reservadas para sus próximos lanzamientos.
Durante los días que pase en la ciudad meses atrás, llegué a un acuerdo con Leo sobre como funcionarían nuestros acuerdos a distancia, debía ir cada tres meses para entregarles una copia certificada de los registros de las canciones, pues ellos debían mantener bajo resguardo toda la documentación para protegerse y a mí también. El resto del tiempo me dedicaba a escribir letras que enviaba una vez al mes y quince días después recibía un pago directamente en mi cuenta, así como un correo en que detallaban cuales habían sido elegidas y en algunos casos el nombre de la persona que la interpretaría.
Nadie en familia sabía de ello todavía, no tenía una razón para no contarles lo que hacía, estaban siendo comprensivos con todos los cambios en mi vida y me habían mostrado apoyo en mis decisiones, sin embargo, había pasado tanto tiempo siendo un pasatiempo oculto que no podía evitar sentirme nervioso de hablarlo con todo el mundo. Ni siquiera Emilio sabía de ello, había logrado reunirme con Leo en nuestro tiempo en la ciudad sin que él estuviera presente y a pesar de llevar casi siete meses juntos, aún me ponía nervioso que supiera que esas letras reflejaban nuestra relación.
Me pasaba los días a su lado, le murmuraba de mil maneras lo enamorado que estaba de él y sabía que él se sentía de la misma manera, pero esas canciones eran como un diario que guardaba la intensidad de mis emociones, quizás él las encontraría halagadoras o lo tomarían por sorpresa, la cosa era que sí le parecían demasiado o simplemente no le gustaban terminaría cuestionándome todo lo que escribiera de mala manera.
Era irónico que me sintiera celoso de las letras que la mitad del país ya estaba escuchando e incluso los más cercanos a mí las tarareaban de vez en cuando, pero algo en mi corazón me decía que llegaría el momento adecuado para contarles y aún no había llegado.
En cuanto a nuestra relación, podía decir que valió la pena el cambio en mi vida, cada día me era más fácil reconocer a mi Emilio detrás de los pequeños cambios en su físico, sus ojos inocentes y sinceros seguían ahí, y mi corazón se sentía lleno cada que me encontraba con esa dulce mirada. Era todo lo que había querido desde que tenía memoria, nada que estuviera en la ciudad podía competir con lo que este pueblo me ofrecía.
Mi padre me estaba enseñando cada detalle del manejo del rancho, dejándome implementar algunas cosas que estudié durante mi tiempo en la universidad, estaba decidido a dejarme a cargo antes de mi siguiente cumpleaños, no entendía cuál era la prisa, pero se veía tan feliz de pasar el puesto que solo podía seguirlo por los campos sin cuestionarlo. Mi entrenamiento para montar no paso de la segunda semana, era tan bueno para dirigir un caballo como lo era para conducir y decidimos que por ahora lo mejor sería que el nuevo encargado de los establos siguiera cuidando de ellos, llevándolos a correr por los campos de vez en cuando.
El hombre no era tan experimentado como el primer jinete, Emilio lo recomendó cuando mi padre finalmente acepto despedir al otro, se trataba de un chico un año menor que nosotros, creció entre caballos por el trabajo de su padre y era bueno con los animales, sin mencionar que se llevaba de maravilla con mis padres. Resultó un buen cambio, aunque todavía me sentía culpable al pensar en el otro hombre, no tenía pruebas de nada de lo que se le acusaba cuando le mencione a mi padre el tema y hasta su último día fue un buen trabajador, lo único que me mantenía en paz eran las palabras de Emilio que repetía que confiara en él.

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Maldición Marcos
FanfictionDos niños se conocieron a los siete años, una mañana después de un horrible tornado. Después de que una de las inmensas construcciones que separan sus casas, fuera destruida durante la noche, un par de ojos curiosos se encontraron por primera vez mi...