𖥔 ࣪ 🛹˖ Delivery ⊹日˚₊ Renga ˖ ۫ ،، ̲ 🌱

𖥻㒲 ࣪ ˖ O2 = Poutine がで𖥦

                   
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—"Ya volví cariño!"—el peli-azul escuchó aquel sonido que hacía la puerta cuando se abría, mientras la voz de su cariñosa madre resonaba por el pequeño pasillo en el que se encontraba.

—"Buenas noches ma. Como te fue en la entrevista?"—le pregunto el de ojos aguamarina mientras quitaba su vista de la cena que estaba preparando, para dirigirla hacia la castaña que tomaba asiento en la pequeña mesa para comer.

—"Te tengo buenas noticias! ¡Me contrataron! Aunque debo decir que el horario es algo..ajetreado, pero no te preocupes, yo puedo con eso y más!"—le decía su madre con una voz emocionada, pues se alegraba de poder conseguir aquel trabajo, pues el sueldo era muy bueno, y claro, con un poco de ayuda gracias a la recomendación de su "ex jefe" logró su cometido—"Pero, voy a tener que trabajar desde la mañana hasta muy noche...te digo esto para que así no tengas que esperarme, cielo ^^"—dijo la castaña, con toda la intención del mundo de avisar a su amado hijo que no podría estar hasta las 11:00 p.m. como mínimo.

El peli-azul solo escuchaba a la castaña con atención, sin descartar la emoción de felicidad y alivio que sentía en lo más profundo de su "ahora-no-tan-frío" corazón, pues su madre realmente se estaba esforzando en seguir adelante, pues perder a alguien que amas es horrible, una pesadilla para muchos, y a pesar de que ella tuviera que trabajar mucho para poder pagar los gastos necesarios para vivir cómodamente, el estaba...feliz, pues aún con el dolor que sentía debido a la pérdida.

De algún modo, sentía que podría salir adelante.

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Eran las 4:30 p.m. de la tarde, y su mamá no estaba, pues se había ido temprano a su trabajo, más o menos como a las 8:00 a.m. ya que en la cena de ayer, le mencionó que mañana comenzaba a trabajar formalmente.

—"tengo hambre..."—pensaba el peli-azul mientras veía el techo de su habitación—"y si...pido algo?"—se le ocurrió al canadiense de repente, levantándose de su cama.

Luego de pensarlo un poco, opta por pedir un poutine, un plato tradicional de su ciudad natal, pues extrañaba el sabor de las papas con la salsa de carne, el queso en grano y, como no olvidar el cheddar. Sin duda lo adoraba.

También lo adoraba por el hecho de que fue su padre con quien probó aquella delicia por primera vez.

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Aquel peli-azul con cara seria optó por escoger el mismo lugar en el que hizo un delivery la vez pasada, ya que, casualmente, ahí vendían poutine de tamaños pequeños, medianos y grandes, cosa que no se esperó, vaya que las cosas eran totalmente distintas en Canadá.

—"Dicen que el poutine de allí es bueno, y están los tamaños, que también son buenos, además de que podré ver de nuevo al..."—dejó aquel pensamiento de repente, pues ¿porque querría volver a ver a aquel "extraño" chico? ¿Y porque se le hacia...familiar, de alguna manera? esas y muchas más preguntas empezaron a resonar por su cabeza, una y otra vez, lo cual comenzó a estresarlo, ya que el pensar mucho no era una de sus cualidades, más bien, le abrumaba el hecho de tener que pensar demasiado. Y, por el amor de Dios, el chico solo quería comer algo.

¿Tanto era pedir comer su plato favorito sin tener que abrumarse por el repentino pensamiento de querer volver a ver a ese extraño repartidor que ni conoce?