Desde un joven punto de vista [2]

No quiero ser como...

El comienzo del título puede desenlazar un indescriptible pensamiento con una definición tan sencilla que su propio significado puede llegar a parecer simple o de poca importancia.

Pero no es así en lo absoluto.

A lo largo de nuestro crecimiento nos encontramos con algunas barreras y la más fuerte de ellas es el "No quiero ser como" y lo que sigue ya se puede desenlazar de diferentes formas.

¿Problema?, Llamémosle trauma, algo a lo que las personas le temen aún cuando sufrimos de un sin fin de ellos, pero el ser humano es así de irónico.

Hay personas en nuestra vida que estarán en las etapas importantes de todo nuestro desarrollo, personas que llegarán a decepcionarnos, que los harán llorar, gritar o frustrarnos.

Al punto de no querer ser como ellos...

Al punto de hasta llegar a odiarlos...

Al punto de terminar siendo como ellos.

Siempre he dicho que la ironía es nuestra fiel compañera, es como la competencia del karma.

A veces el desear no ser algo se convierte en tu arma de doble filo.

A veces es mejor no desear nada en lo absoluto.

Crecemos con el pensamiento de que debemos tener ejemplos a seguir y más adelante tenemos la obligación de convertirnos en uno, al punto de ser alguien por presión.

Al punto de ser lo que no queríamos ser.

Es normal no querer ser alguien, es normal no querer ser quien las personas desean que seas y es normal decepcionar a cada una de estas normalidades.

La vida se basa en cometer todos los errores que nos sean posibles hasta adquirir el suficiente conocimiento para tener el poder de tomar una de las dos opciones que nos brinda "El Crecer".

1. Aprender de nuestros errores y convertirnos en lo que en verdad queremos.

2. No aprender una mierda y joderle la vida a otra persona.

La mayoría se va por la segunda y los que van por la primera fue porque los de la segunda opción le jodieron la vida.

Se que me puedo equivocar, pero si estas aquí es porque de hecho, en algo tengo razón.