Día 6: ✨Atardecer✨

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Él odiaba la luz solar, aunque es lo normal cuando eres un vampiro.

Tomioka Giyuu era un vampiro de sangre mestiza, si, era mitad humano y mitad hijo de la noche, todo empezó como una clásica historia de vampiros que había leído hace años.

Su madre, una joven e ingenua humana no muy interesada por lo "normal" de la vida conoció a su padre en el bosque a media noche, aquel fue el encuentro que marcó su destino. Ambos, la joven muchacha y en ese entonces el joven vampiro decidieron entablar conversación convirtiendo esa pequeña amistad en algo más fuerte. Un amor sangriento.

Su padre había decidido llevar a la joven a su hogar, o mejor dicho el cementerio, donde decidieron construir un verdadero hogar, ambos llenos de alegría por un nuevo inicio, contrayeron nupcias y dos años después nació él. Mitad humano y mitad vampiro, pero era el príncipe de la oscuridad, o al menos así se decía en los libros.

Hasta una fatídica noche, donde el pueblo decidió rebelarse ante todo lo que no fuera "normal" en el mundo, donde las turbas acababan con todo a su paso, donde su madre sacrificó su vida por su padre y él, muriendo frente a los ojos de ambos. Un recuerdo difícil de olvidar, porque luego de ver el cuerpo inerte de su madre vio como todo el suelo se manchaba de sangre por su padre.

Él era lo único que le había quedado y su único protector, gracias a él es que se encuentra parado en aquel balcón 121 años después. 8 de Febrero, su cumpleaños.

Una noche como cualquiera, la luna en lo más alto y él mirando desde su ventana con un solo pensamiento.

—Quiero salir— Susurró aún mirando a la nada.

—Ni hablar— Se oyó una segunda voz detrás de él.

—Si, lo sé— Respondió como si nada hasta que se percató de un pequeño detalle— ¡Oye! ¿Porqué entras así?— Preguntó exaltado.

—Toqué la puerta pero no respondiste así que supuse que estabas vagando en tu mente nuevamente— Aquella muy educada y algo rasposa voz era la de su padre— Y no me equivoqué, balbuceas incoherencias nuevamente Tomioka.

—¿Así se le dice ahora el tener un deseo?— Preguntó.

—Uno muy malo por si me lo preguntas— El hombre lo volvió a mirar— No lo tomes a mal hijo pero, ¿Qué es lo que le ves al mundo exterior?

Fue una pregunta inesperada porque si lo pensaba con detenimiento, ni él podía hallar una respuesta lo suficientemente lógica, quizás sólo quiere conocer el mundo en el que su madre había vivido por mucho tiempo o quiere verificar si lo que dicen los libros es real.

O simplemente siente que el mundo exterior lo llama.

—No sabría responderte— Fue lo que respondió— Supongo que aquello extraño para nosotros me parece curioso— Dijo aún mirando la luna— ¿Lo haz pensado alguna vez papá? ¿Qué alguien te llama?

—Los invitados nos llaman hijo, no los espíritus del bosque— El menor frunció ligeramente el ceño ante la broma de su padre— Vamos, hay muchas especies que han venido a festejar contigo en tu día especial— Sonrió empezando a darse la vuelta.

—Papá— Pero la voz de su hijo detuvo su paso— Por favor, solo lo pido esta vez, déjame ver el mundo que mamá tanto amaba— Pidió.

Él recuerda, a pesar de haber sido tan solo un bebé, lo recordaba a la perfección, las historias que su madre siempre le contaba con una enorme sonrisa en su rostro, como si aquello fuera lo mejor. Pero ahora veía que no era tan descabellado.

El caballo de madera, los seres que viven más allá de las nubes, los niños que luchaban contra piratas, los pequeños seres de alas que tenían talentos, los muñecos que hablan, todo, todo seguía tan fresco en su memoria y quería tener la oportunidad de verlo aunque fuera una vez.

GiyuShino Week 2022 [KNY] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora