13

421 47 2
                                    

Hürrem salió de los aposentos del sultán, había pasado dos noches con él, estaba feliz, entro al harén después de ir a los baños a lavarse, entro y se sentó en uno de los pequeños sofás que había, no tenía amigas ahora, su única amiga se suponía q...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hürrem salió de los aposentos del sultán, había pasado dos noches con él, estaba feliz, entro al harén después de ir a los baños a lavarse, entro y se sentó en uno de los pequeños sofás que había, no tenía amigas ahora, su única amiga se suponía que llegaría con ella, una joven llamada Ayshe se acercó a Hürrem curiosa "Como estuvo la noche con el príncipe" pregunto ansiosa por saber.

Hürrem sonrió y respondió "Maravillosa en realidad, debo decir que es muy guapo, muy amable y es un poeta" comento mientras recordaba aquel fragmento de poema que le recito al oído.

"Y crees que habrá un niño" pregunto con una sonrisa la joven.

Hürrem bajo su sonrisa "Lo dudo, aún soy muy joven para tener hijos, quizás no lleguen hasta dentro de unos años" comento con seriedad esta vez.

"Bueno, yo rezare por ti para que tengas muchos hijos con el príncipe, por cierto, me llamo Ayshe ¿podemos ser amigas?" pregunto la joven, era mayor que Hürrem por dos años, pero no parecía ser tan madura como ella, claro Hürrem tenía razones de sobra para ser demasiado madura para su edad y una de ellas era recordar toda una vida y el corto tiempo que vivió en otra, aunque quisiese no podría fingir todo el tiempo ser una joven ingenua.

"Claro que si Ayshe" respondió con calidez.

Daye llegó un momento después "Señorita Hürrem, tome sus cosas ahora estará en el ala de las favoritas" comento con una sonrisa.

Hürrem sonrió y tomo sus cosas, la habitación que le dieron era para ella sola, había otras cuatro jóvenes que solamente habían entrado una vez a los aposentos del sultán y vivían en esa misma ala, pero sin privilegios pues no habían sido tocadas de nuevo.

Hürrem se recostó en la nueva cama que tenía, realmente no le importaba si era cómoda o no, adoraba volver a tener un lugar privado, suspiro, no podía evitarlo, lo amaba demasiado, eso sería un problema si pretendía dejar de lado el amor.

Divagaba en sus pensamientos que no noto cuando las puertas se abrieron, de pronto vio a Mahidevran frente a ella, se levantó e hizo una reverencia con de costumbre, a lo que Mahidevran le hizo gracia "Aún me haces reverencia, creí que no lo harías más" comento riendo.

"Ja, ja, muy graciosa, te respeto y aun te haré reverencia hasta que tenga un hijo, solo entonces no lo haré más" comento enseñándole la lengua.

Mahidevran sonrió "Bueno, dos días, igual que la primera vez no, supongo que te fue bien" comento con una sonrisa.

"De hecho si, pero no me agrada eso, odio quererlo tanto, cuando sé que sufriré" comento con la mirada baja.

"Con el tiempo lo asimilarás" comento mirándola con una cálida sonrisa.

Comenzaron a platicar sobre otras cosas, Mahidevran le contó algunas cosas graciosas que hicieron los bebes en su ausencia, su risa llenaba de vida a cualquiera que las viera, la madre sultana las vio por la pequeña ventana de los aposentos y sonrió al ver que se llevaban bien a pesar de todo.

Cambiado la HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora