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Hürrem se levantó con temor a lo que fuera a pasar, sin embargo, Sha prometió hacer todo lo necesario para salvarla

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Hürrem se levantó con temor a lo que fuera a pasar, sin embargo, Sha prometió hacer todo lo necesario para salvarla.

Caminaba por los aposentos con la mirada baja, al momento que sintió que estaban por llegar levanto la mirada y vio a dos guardias caminar a lado de la joven que empujo a la mujer embarazada y que la culpo a ella.

La mujer se soltó e intento hacerle daño a Hürrem, tiro de su vestido y la intento ahorcar, sin embargo, con ayuda de los guardias la tomaron de nuevo.

Hürrem tenía un rasguño en la mejilla y una marca en el brazo, su vestido estaba rasgado, aun así, siguió caminando hacia los aposentos de la madre sultana.

Al entrar hizo una reverencia, la madre sultana después de examinarla la miro con seriedad, —Hürrem, esta señorita vio lo que paso y vino a mí en cuanto pudo— comentó con una sonrisa.

Hürrem levanto la mirada, la joven criada llamada María y que en la ocasión anterior fue su mejor amiga acababa de salvarla, se acercó a ella y la abrazo fuertemente.

—Mil gracias, puedes pedirme lo que sea, me has salvado— comento con una sonrisa.

La joven la miro —No necesitó nada, no podía quedarme callada ante tal injusticia— comento con tranquilidad.

Hürrem miro a la madre sultana —Madre sultana, yo sé que ya tengo a Ayshe, pero me gustaría que esta señorita fuese una de mis criadas, si es necesario yo pagare su sueldo— comento con seriedad.

La madre sultana le sonrió —Está bien, no necesitas pagarlo, de todos modos, planeaba enviarla a tu lado— comento con tranquilidad.

Hürrem beso su mano en agradecimiento, —Ahora ve con ella a tus aposentos y cámbiate ese vestido, enviaré a la doctora a que te examine— comento con seriedad la madre sultana.

Hürrem sonrió —No hace falta madre, no tengo gran daño— comento, pero su cuerpo parecía contradecirla pues se aferró con fuerza a la mano de la madre sultana para no caer al sentir un mareo, antes de que pudieran decir algo Hürrem la miro —Ha sido un día muy largo, quizás es solo el cansancio—comento e hizo una reverencia para marcharse con el paso un poco lento.

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