Angel y el prisionero de Azkaban | 3

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GARRAS DE HIPOGRIFO

Angel, que ya hacía en el comedor, soltó un suspiro al ver como su hermano se burlaba de Potter por él como lo atacaron los dementores. Observó entrar a ese trío inconfundible, y al pasar por su lado, Malfoy hizo una parodia de desmayo, coreado por una carcajada general.

—No le hagas caso —le dijo Hermione, que iba detrás de Harry—. Tú, ni el menor caso. No merece la pena...

—¡Eh, Potter! —gritó Pansy Parkinson—. ¡Potter! ¡Que vienen los dementores, Potter! ¡Uuuuuuuuuh!

—Pansy, ¿cuando vas aprender a cerrar la boca? —preguntó Angel con sarcasmo.

—Eres igual de traidora que los Weasley —dijo entablándose aún lado de ella cruzándose de brazos.

—Y tu solo buscas aceptación... ¿Aún te cuesta aceptar que a mi hermano no le gustas? —Pansy se quedó callada relajando los brazos—. Eso pensé.

—Hasta a mi me dolió, Pansiny —dijo Blaise.

—¡Que no me llames así! —se quejó con el rostro rojo.

Cuando los horarios se repartieron, Draco soltó un suspiro girando los ojos.

—Una materia más que compartir con San Potter.

—¿Qué materia compartimos con los Ravenclaw? —preguntó Blaise recargando su mentón en el hombro de Angel.

—Herbologia es una de ellas —contestó la rubia.

—Cierto —recordó—. ¡Vente para acá, Benito!

Algunos como tal habían elegido Adivinación, pero Angel prefería Runas Antiguas ya que lo encontraba más interesante.