.♡͜͡De vuelta a ti.┇Alan Mozo.

Capítulo 3.

“¿Qué has estado haciendo? ¿Estás haciendo lo mismo? Convencerte a ti mismo que estás mejor solo. Y yo, podría decirte que nunca te fuiste de mi mente. Entonces me dices que me echas de menos y soy como:”

Camille Silva.

Me tumbo en la cama cubriendo mi cuerpo con las sábanas, Alan parece divertido con eso y es suficiente para que me sonroje de nuevo.

—Deja de mirarme así. —Suplicó intentando cubrir su mirada con mi mano.—

—Es que no entiendo por qué te cubres cuando sabes que yo ya he visto todo. 

—¡Ay, no puede ser! 

Chilló cubriendo mi rostro con mis manos y escuchó la risa de Alan, posteriormente siento sus brazos envolverme, hundiendo su nariz en mi cuello.

—No debes avergonzarte conmigo, eres increíblemente hermosa, completamente.—Me susurra haciéndome sentir millones de cosas en el estómago y en el pecho.— 

—Gabriel te matará si se entera de esto. 

—¿De verdad mencionaste a tu hermano cuando estaba siendo romántico contigo? —Preguntó dolido cuando yo quitaba las manos de mi rostro para mirarlo.—

—Lo siento. 

Alan me besa y no puedo decirle algo más. 

—Creo que es momento de decirle que tú y yo somos novios ¿No crees? —Pregunta a mitad del beso haciéndome sonreír.—

—¿Estás seguro? 

—Totalmente, también le mencionaré que pronto adoptaremos a una mascota antes de tener hijos.

Casi me ahogó con mi propia saliva.

—¡Espera! Dijiste ¿Hijos?

—Si ¿Por?

Alan me mira tan normal y tan tranquilo.

—Pero... ¿Hijos? Yo...

Después él suelta una risa sonora, sé que se burla de la expresión aterrada en mi rostro.

—Era una broma.—Dice rápidamente.—Sé que debemos tomarlo con calma. —Musita acariciando mi mejilla y yo suspiro aliviada.— Aunque ¿Sigue en pie lo de adoptar una mascota?

—Solo si es un dinosaurio.

Alan sonríe.

—Será un dinosaurio, entonces. Todo lo que tú me pidas.

—Te has vuelto muy romántico ¿No crees? 

Alan mira brevemente el techo y después a mí.

—¿Es bueno o malo?  —Pregunta.—

—Muy bueno, me encanta.

Respondo comenzando a besarlo, sus labios se mueven suavemente sobre los míos, y ese ritmo me deja sentir con detalle cada roce de nuestros labios húmedos y ansiosos. Pongo mis manos alrededor de su cuello, atrayéndolo hacia mí, su pecho desnudo choca con el mío. Él intensifica el beso, acelerando su boca sobre la mía, dejándome sin aliento. 

Aquí vamos de nuevo.

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Abro uno de mis ojos, apretando el otro mientras me acostumbro a la luz del día. Pero el frío me despierta completamente; gruñendo de mala manera, abro mis ojos. La luz golpea mi vista con fuerza, obligándome a entrecerrar los ojos.