capitulo 4

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-El segundo príncipe lo acompaña...

Claude Day de Alger Obelia, el segundo príncipe, la penosa sombra de su hermano, el primer príncipe. Ese joven que se volverá un hombre sombrío y sanguinario, está en la sala de esta mansión, esperando a ser informado sobre mi salud.

Dios, si me escuchas, ¿Debo considerar esto un premio o castigo?

Cambio la descripción, Claude Day de Alger Obelia, el personaje más sexy de todo el manhwa. Ojos como joyas, cabello lacio y rubio, alto, de buena musculatura, mirada fría y sin vida.

Puedo considerarme una gran fanática, sentía envidia cada vez que subía a Athanacia en sus brazos, creía que estando ahí me sentiría segura, angustiada, pero segura.

La mujer de mayor rango estaba desesperada, mi condición no era la mejor para estar frente a un miembro de la familia real, menos frente a mi prometido.

Sigo estando con el hermoso vestido, y físicamente estoy presentable. Aclaré la garganta en un intento de llamar la atención de mi "madre".

- Madre, ¿quien es el segundo príncipe? - a pesar de saber perfectamente quien es, debía fingir desconcierto.

- El segundo príncipe... Es una persona muy cercana a ti - se acercó y tomó mis manos - tu padre le debió haber dicho tu situación, y en su preocupación llegó aquí.

Debo hacer un acercamiento con él, y darle una nueva buena impresión.

- Si es alguien especial, debería ir a conocerlo, tal vez así recuerde algo - le dediqué una sonrisa a la que sostenía mis manos, tratando de tranquilizar la.

- Pero, olvidaste todo, tus clases de etiqueta real, como hablar correctamente, todo. El príncipe podría...

- ¿La etiqueta es relevante en esta situación? Mi padre fue en busca de ayuda, y el príncipe desea hacerlo. Por esa razón, creo que debería ir.

Me miró con ojos de preocupación, pero finalmente cedió.

- Dile al Segundo Príncipe, que la princesa lo atenderá en un momento.

Tras esa orden, la informante se despide con una reverencia.

- Puede que que hayas olvidado tu etiqueta, pero aún así debes comportarte adecuadamente, haremos un ensayo rápido de como debes actuar.

Soltó mis manos para ponerse frente a mí.

- Al llegar debes hacer una reverencia y decir, salve el reino de Obelia, luego te pones derecha y dices, es un honor tener al príncipe en esta humilde casa.

¿Que de humilde tiene este lugar? Se nota que es un trabalenguas que se repite cada vez que llega alguien aquí.

- El príncipe no se parará cuando llegues, tu te sentarás en frente a él siempre derecha y con las piernas juntas, no puedes recostar te en el sofá ni inclinarte mucho hacia delante, le dirás que tu salud es buena, lo valoramos mucho, pero no hay necesidad de su preocupación.

Entonces, solo le diré mentiras. Pero es mejor tener toda una guía sobre que decir, tantos nervios solo harían que...

- MI SEÑORA- Una sirvienta entró histérica a la habitación- EL SEGUNDO PRÍNCIPE VIENE HACIA ACÁ

- ¿¡QUE!?- Los nervios que predeci para mí no eran nada comparado a lo que sentía esta mujer.

- Dice que no permitirá que la princesa camine hasta la sala, quiere visitarla en su habitación.

WOW, eres muy bien cuidada Penélope.

- Pero eso va en contra de la etiqueta, como es posible que-

- Príncipe, porfavor entienda, mi hija puede que no esté de manera presentable.

Desde afuera se escuchaba la voz de mi padre, que desesperado, le rogaba al príncipe.

Alguien abre la puerta, y no es nadie más que


























































Claude Day de Alger Obelia

Debo ganarme el favor de mi prometido | Princesa EncantadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora