Capítulo 4

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Luke

Abrí las puertas del sótano y la vi ahí, durmiendo, era hermosa

No luke, no te puedes enamorar de ella

Me acerqué a su cama y le acaricié la mejilla, murmuró algo en sus sueños que no puede entender. Vi cómo a poco a poco abría los ojos una sonrisa se formó en sus labios al verme.

- Hola - me dijo al verme.

- ¿Has dormido bien? - le pregunté

- He dormido mejor otras veces - me respondió mientras se estiraba en la cama.

- Bueno, te he traído un poco de ropa, para que te cambies

Le entregué una falda y un top, ella lo observo y lo único que dijo fue un

- Es precioso

- ¿Te gusta? - le dije nervioso.

- Claro - me respondió

- Bueno, voy a hacer el desayuno cuando acabes avisame - me di media vuelta y me fui hacia las escaleras.

- Luke - escuché que me llamaba y yo me giré al instante.

- ¿Porque me tenéis aquí? - me tense al instante

- Es mejor que no lo sepas - le dije cortante, salí de allí y cerré la puerta con el candado.

Pasaron 30 minutos, me parecía extraño que no me hubiera avisado

- ¡Luke! - escuché que me llamaba Marc desde las escaleras

- ¿Que sucede? - dije mientras caminaba hacía allí

- No está, Hanna no está - cuando escuché esas palabras salir de la boca de Marc me tensé, y lo único que pude hacer fue entrar en el sótano y registrarlo de arriba a abajo.  

¡Joder! Se había escapado, no se como lo había conseguido pero se había escapado. Me entró un miedo en el cuerpo, por si le pasaba algo o simplemente la encontraban y la enviaban a ese estúpido internado, cogí mi chaqueta y salí a buscarla.

- ¿Luke a donde vas? - Me dijo Sebastián, que también estaba allí.

- A buscarla

- Dejala, ella es la princesa, seguro que la han rescatado, ahora estará en su palacio viviendo muy feliz - me dijo Marc cogiéndome del brazo,

- Suéltame - dije dándole una mirada fía

- Luke, voy contigo - dijo Marc poniéndose a mi lado.

- Bien, vamos - me solté del agarre de Sebastián y Marc y yo nos dirigimos  hacia el coche, subimos y yo puse el coche en marcha.

- A lo mejor está en el bosque -  habló Marc para romper el sileció tenso que habia en el coche.

- Puede, aparcaremos en la entrada y nos adentraremos en el - dije parando el coche justo donde dije - vamos -  añadí

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Hanna

Cuando salí de esa gigantesca casa, lo primero con lo que me topé fue con una carretera totalmente sombría y vacía.

Hanna tienes dos opciones, la primera es caminar por la carretera hasta que oscurezca y te acaben atropellando, la segunda es adentrarme en el bosque hasta encontrar algún lugar o ha alguien.

Definitivamente como buena inútil que era, acabé entrando al bosque. Estuve más de una hora caminando hasta que escuche unos pasos, y obviamente no eran los míos. Se me aceleró el corazón y lo único que pude hacer fue ponerme a correr, sin rumbo alguno.

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