Capítulo 15

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Hanna

Estaba yendo a la sala del trono, me entraban escalofríos solo de saber que tengo que volver a ver a mi familia. Cuando llegue me topé con unos guardias que vigilaban la puerta, cuando me vieron me dejaron pasar, no la recordaba tan grande la sala, en el final habían 4 tronos, el del centro es el de mi padre, allí estaba él sentado...el del lado de la derecha es el de mi madre, y el de la izquierda el de mi hermano, el mío estaba al lado del de mi madre.

- Siéntate Hanna - me indicó mi padre.

No fui capaz de mirarlo a la cara, seguro que él quería hacerle daño a Luke, siempre lo odió desde que me acompañó hasta el puente aquella noche, o el día que "renuncie" a mi familia para irme con el y con Marc.

- Dejarlos pasar - indicó mi padre.

Las puertas del final se abrieron y entraron muchas personas, que seguramente habían sido invitadas para el evento que tenía preparado mi padre...Todos se sentaron y mi padre empezó un discurso de bienvenida hacía mí, que me encontraba mirando el suelo, aguantando las ganas de llorar. Cuando acabó escuché que las puertas se abrían de nuevo, todos se giraron y entró el esclavo número 1, llevaba unas cadenas, y tenía la mirada fija en mí, estaba indefenso y con la mirada me pedía ayuda, pero no podía ayudarlo con mis padres delante, nos cortarían la cabeza sobre todo a mí, por traidora.

- Hoy estamos aquí para que mi hija obtenga su guardián, como ya sabéis ella desapareció hace unos meses y hoy que la tenemos aquí hemos decidido entre todos que ella tendrá su esclavo guardián - dijo mi padre mientras me señalaba

Hijo de puta

Era la frase que quería gritarle a la cara desde que le he visto, pero me estaba mordiendo la lengua para contenerme.

- Traer al muchacho - indicó a los guardias

Pusieron a Luke en frente de mi padre y el lo miró fijamente.

- ¿Hanna, querida porque no te levantas para poder hacer el juramento? - mi padre me miró con una sonrisa en sus labios.

- Si padre - me levanté y me puse al lado de Luke, el guardia me indicó que me pusiera de rodillas y eso hize, unos segundos después otro guardia le dio una espada a mi padre, el la miró con asombro y luego se levantó.

El miedo que sentía en ese momento no puedo describirlo, señalo a Luke y luego a mí, que bajé la mirada al suelo inmediatamente. Luego se giró hacía luke, que tenía los ojos cerrados y estaba pronunciado algo en voz baja, nadie se había dado cuenta.

- ¿Juras proteger a mí hija antes de tu propia vida? - le preguntó mi padre

- Sí. - afirmó él

- Bien, ahora procedemos a la unión de sangre - se giró hacia mí - Dame tu mano mano hija

¿Unión de sangre? Nunca lo había oído, pero no parecía muy agradable.

Le extendí la mano y en mi muñeca hizo un pequeño corte con la espada, luego cogió la mano de Luke e hizo lo mismo, el no hizo ningún gesto de dolor, lo contrario, estaba con una pequeña sonrisa en sus labios.

- Ahora juntar las muñecas - indicó mi padre

Luke acercó su muñeca a la mía y yo puse la mía lentamente encima de la suya, me estaba ardiendo, notaba como nuestras sangres se mezclaban y entonces el separó la muñeca rápidamente.

- Bien, podéis llevaros al escalvo número 1 - indicó mi madre

- Esto...voy a lavarme el corte - me fui corriendo detrás de Luke

- ¡Esperar! - les grité

Los tres se giraron hacía mí.

- Quiero que os vayáis, él es de mi propiedad ahora - les indiqué

Los guardias se miraron mutuamente y asintieron, le sacaron las cadenas a Luke y luego se fueron, yo lo agarré del brazo y lo guié hacía mi habitación.

- ¿Estás bien? - le pregunté

- ¿Porqué no iba a estarlo? - me miró serio

- Esto...nada, estas muy diferente.

- Bueno, ser un esclavo no es muy agradable, al menos tu eres mi ama, y no tu hermano - hizo una mueca de asco mientras se ponía en una esquina.

- Ya bueno..

- Puedo curarte el corte - soltó de la nada

Miré su muñeca ya estaba curada su herida, en cambio, la mía seguía sangrando.

- No hace falta, se cerrará sola..

- Tienes mi sangre en tu organismo, no es la primera vez, pero si no quieres que se te infecte es mejor que la detenga yo mismo - me dijo mientras daba un paso hacía mí.

- Pero...las otras veces no fue así...

- Será rápido lo prometo - me interrumpió

- Está bien - me tumbé en la cama

Estaba tumbada boca arriba y el también a mí lado, pero me giró boca abajo para tener mejor acceso a mi muñeca, clavó sus colmillos y empezó a succionar. Sentía como el ardor iba disminuyendo, cuando dejó de arder Luke aparto sus colmillos y se quedó en silencio.

- Sabes... - me giré para mirarlos - lamento que estés metido en esta mierda

- No es una mierda si tu estas aquí - me dijo finalmente.

Entonces yo me giré y lo miré fijamente, él me sonrío y luego me paso un brazo por el detrás para atraerme hacía él. Y así nos quedamos un rato hasta que miré la hora y me di cuenta de que tenía que ir a cenar.

- Oh mierda - dije mientras me levantaba de golpe

- ¿Que pasa? - preguntó Luke mientras se incorporaba rápidamente.

- Tengo que ir a cenar, espérame aquí, luego subo - me fui de la habitación tan rápido como pude, ni siquiera me despedí.

- Llegas tarde Hanna - me dijo mi madre

- Lo lamento - respondí mientras me sentaba.

La cena fue en silencio.

- Bueno, esto... - dije incómoda

- ¿Tu esclavo y tu os conocéis? - preguntó mi hermano de golpe.

- ¿Que? - dije con una risa nerviosa - Claro que no, yo no..

- Luego hablamos - dijo mi hermano mientras me señalaban a mis padres con la mirada.

Al acabar de cenar mi hermano me acompañó hasta mi habitación.

- ¿Que quieres saber Erik? - le dije con cara de fastidio

- Tu esclavo es ese tal...¿como se llamaba?

Me quedé helada ahí de pie, lo sabía, él sabía quién era.

- Luke - dijo de golpe - ese muchacho con el que te fuiste, es tu esclavo, puede que tengas más secretos de los que se, pero no soy tan tonto como para no ver como lo miras y como aguantas las lagrimas al ver como lo tratan los guardias.

- Yo... - no tenía nada que decir estaba en shock

- No se lo diré a nadie, pero tienes que tener cuidado Hanna, si nuestros padres se enteran lo matarán, tienes que disimular más.

Después de eso se fue dejándome sola, entré en la habitación y Luke estaba de pie.

- ¿Lo has escuchado? - le pregunté mientras mis mejillas se humedecían por las lágrimas.

- Sí - se acercó a mí y me rodeó con sus brazos - no te preocupes, no me va a pasar nada, siempre estaré contigo.

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