Capítulo 14

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Hanna

Me desperté en el hospital, a mi lado había una mujer.

- Oh Hanna, veo que ya has despertado - me dijo esa mujer

- Mmm, ¿tu...? - dije torpemente

- Hanna soy yo, mamá.

¿Que?

- ¿Tu? ¿Que haces aquí? ¿Donde esta Luke? - me incorporé rápidamente en la camilla

- ¿Luke? Aquí no hay ningún Luke Hanna, te ha traído un muchacho, pero no se llamaba Luke.

- Es imposible, él estaba conmigo, herido, no puede haber desaparecido - Me levanté de la camilla y me apoyé en la pared más cercana

- Hanna siéntate cariño, no te alteres, seguro que te estas confundiendo, solo estabas tu en el bosque.

¿Bosque? Pero si yo estaba en la escuela, en la habitación de Luke, no entiendo nada, ¿me habrán dejado allí? Entonces ya no podré ver a Luke nunca más. No sabré si está bien.

- Cariño, es normal que estés desorientada, has estado muchos meses desaparecida, pero ya no vamos a permitir que nadie te haga daño, vas a tener a tu propio esclavo a tu servicio, para que te proteja.

- ¿Te has vuelto loca? - le grité - no quiero a un hombre a mi lado todo el rato, es... - quería decir que si no es Luke no quiero a nadie más, pero debía empezar a olvidarme de él, total había desaparecido - irritante - dije finalmente

- Hanna es por tu seguridad, a demás puedes ir practicando para cuando tengas que mandar a todo un reino.

- ¿Cuantas veces te he dicho que no quiero ser reina? - me dirigí hacía la puerta pero mi madre habló

- Es tu deber, a nosotros nos da igual que quieras irte a vivir a la aldea y ser pobre.

- No todos los de la aldea son pobres como ratas - esa frase me recordó a Luke, la primera vez que me defendió frente a sus amigos e hizo que me diese un escalofrío.

Y finalmente salí de esa sala para irme, no se a donde pero quiero alejarme de este lugar.

- Alteza - escuché una voz familiar detrás de mí.

Me giré con esperanzas de que fuese la persona que anelho tanto, pero se me encogió el corazón al girarme.

Allí estaba él, pero no estaba como siempre, llevaba una camisa blanca con unos pantalones negros, y un collar en el cuello, tenía varios arañazos y golpes en los brazos y el pelo despeinado.

Fui corriendo a abrazarlo, pero un guardia que pasaba por allí me detuvo.

- Alteza no tiene derecho a tocarlo hasta que este a su nombre - dijo el hombre.

- Pero...Luke...él no - mis ojos se llenaron de lágrimas y caí al suelo llorando desconsoladamente.

Si que encontraron a Luke, pero lo han transformado en...eso, ese no es el vampiro pesado y guapo que conozco desde hace unos meses. Ahora es un esclavo que al parecer no hace ningun gesto de aprecio hacia mi.

- Alteza, levantese, tiene que ir a ponerse un vestido, no lleva la ropa adecuada - eso hizo que lo mirara con una mirada asesina.

- Esta ropa se va a quedar en mi cuerpo hasta que me muera, no pienso quitarme nada que me pueda recordar a él.

- Como usted quiera Alteza, pero tiene que ir a sus aposentos - intentó tocarme pero yo le di un manotazo, no quería que nadie me tocará.

- No me toques, tu no eres nadie para tocarme - le grité.

- Bien - dijo con calma - tu, esclavo número 1, cógela y llévala a sus aposentos ahora.

Y ahí empezó lo peor, el guardia se hecho hacía atrás y Luke, bueno, el esclavo número 1 se puso detrás de mí y me levantó por los hombros como si no pesara nada. Me removí todo lo que pude para que me soltara, pero era imposible él era mas fuerte, ¿Acaso saben que es un vampiro y por eso es un esclavo?

- Suéltame Luke, esclavo número 1 - rectifiqué - déjame, no tienes derecho a tocarme - le grité

- Yo recibo órdenes, y debo cumplirlas sin importar lo que me digan.

Y ahí me cogió del brazo y empezó a arrastrarme por los pasillos mientras yo gritaba que me soltara, cuando llegamos a mi habitación me dejó en el suelo.

- ¡Largo! - le señalé la puerta

- Debe ponerse el vestido azul de su armario - se dirigió hacía el armario y lo abrió, allí estaba el vestido

- Una mierda, prefiero llevar la ropa que me diste tu - la frase se quedó flotando en el aire, y entonces Luke soltó un quejido y se tocó el cuello donde tenía el collar.

- ¿Estas bien? - me levanté para ver si estaba herido, pero el se alejó

- No te acerques, ponte el vestido. -me dijo nervioso

- Pues vete de aquí, no pienso desnudarme delante tuyo.

- No puedo correr el riesgo de que escapes por la ventana - se quedó parado en una esquina.

- Y como se que luego no te tocarás con la imagen de mi cuerpo desnudo en tu mente - le dediqué una sonrisa pervertida

- No tengo permitido hacer eso - y entonces entendí que no se iba a mover así que suspiré y me empecé a poner el vestido.

Él tenía la mirada fija en el suelo y aveces me miraba para asegurarse de que no hacía nada sospechoso.

Cuando acabé de ponerme el vestido lo miré fijamente y él hizo lo mismo, tenía los puños apretados, como si estuviera reteniendo algo.

- ¿Me reconoces? - mi pulso se aceleró mientras esperaba una respuesta

Después de varios segundos de silencio habló.

- A las 5 en la sala del trono, el rei te lo ordena - y salió de mi habitación como si nada, no había respondido a mi pregunta y eso me dolió.

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