Sus temores más grandes

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La familia no te deja ni te olvida...aunque muchas veces quisieras que así fuera.

Diciembre llegó, y con él llegaron las vacaciones.

Los estudiantes estaban muy animados con la idea de pasar las fiestas en sus hogares, con sus familias. Sobre todo los alumnos de quinto y séptimo año, que después de una ronda enorme de deberes, trabajos y bajas calificaciones, la idea de regresar por fin a sus casa a unas merecidas vacaciones era reconfortante.

Como era costumbre en el mes de diciembre, el clima estaba frío y ventoso, y el castillo estaba hermosamente decorado para las fiestas. Miles de hadas brillaban revoloteando por el colegio, había guirnaldas en cada puerta y en los marcos de las ventanas, por todos los lugares menos pensados habían hojitas de muérdago esperando a ser aprovechadas por curiosos estudiantes, y al menos una docena de árboles de navidad decoraban el gran vestíbulo. Para estas fechas muy pocos estudiantes habían firmado para quedarse en el colegio, pocos eran los estudiantes que disfrutaban la decoración del colegio o la maravillosa cena de navidad.

Tom que siempre se quedaba a pasar sus vacaciones y navidades en Hogwarts, amaba tener el colegio solo para él.

Podía hacer lo que quería, podía desplazarse por todo el colegio. Era solo suyo, el único edificio que podía haber llamado en algún momento hogar, lo podía disfrutar en su plenitud por esas fechas. Eran exactamente en esas fechas que había encontrado una muy interesante sala de Hogwarts que tenía todo lo que se podía necesitar, o podía formular que necesitaba.

El primer día de vacaciones llegó y los apurados estudiante corrían por toda la sala común Slytherin para poder llegar a tiempo al expreso que los llevaría al andén 9 ¾, y al inicio de sus vacaciones. Por semanas los estudiantes habían esperado ese día en el que por fin se liberan del estrés del colegio.

Tom prefirió no estar en la sala común, para evitar ver a todos esos chicos deseosos de ver a sus familias y de embarcarse en esos fabulosos viajes, le producía asco, o traducido de otra forma envidia.

Tom decidió dar una vuelta, buscar un aula y practicar un poco su Expecto Patronum. Aunque su patronum era mucho más fuerte que antes, aun no tenia forma definida, a diferencia del de April que tenia claramente la forma de una enorme y amenazante serpiente pitón de color plateado. April le había dicho que posiblemente su patronum no era tan poderoso porque no ponía suficiente felicidad en su recuerdo. Tom, aunque sabía que probablemente tenía razón no se lo diría, para ella era muy simple con todo su dinero y prestigio buscar un recuerdo alegre. Para él, era muy difícil. El único recuerdo positivo que podía encontrar fue cuando se dio cuenta de la existencia de los horcrux, pero no fue suficiente, luego pensó en el día que se entero que era un mago, esa vez había tenido un poco más de éxito, pero seguía sin tener una forma definida.

Así que Tom practicaba siempre que podía, no podía permitir que April le ganara. No otra vez, por el momento él estaba ganando y le gustaba esa idea.

Por la tarde Tom regresó a la desocupada sala común, todos los estudiantes se habían marchado y dentro del colegio solo quedaban unos cuantos, entre ellos Tom y April. Ella, que siempre se iba a casa con su familia, se había quedado. Ya no tenía adonde ir. Podía ir a su casa, pero ya no era hogar. Con su madre muerta y su padre en Azkaban, ya no tenía nada que quisiera ver lejos de Hogwarts, se habían acabados sus visitas a países tropicales y sus costosas compras navideñas. La familia Tyler aun tenía todo su dinero, pero para April valía bastante poco todo lo que tenía en la cámara de Gringrotts, lo habría cambiado todo por poder probar algo de la comida de su madre en esas fiestas.

Tom pudo disfrutar por dos semanas a su cabalidad todo el castillo, no había nada que lo sacara de su tranquilidad. Aunque April estaba en el castillo no la había visto mucho, solo desayunaban juntos y ella no decía nada, y aún más importante no preguntaba nada, casi no comía.

El Origen del Mal: Tom RyddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora