El Futuro.

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El futuro no es como se planteaba. La contaminación, la tala de árboles, los incendios forestales, las guerras, todas ellas fueron causantes de la gran nube que cubre al sol evitando que este ilumine al mundo que vive ahora envuelta en una eterna obscuridad. Pondremos nuestros ojos en el país de Japón y en la ciudad de Tokio. Sus luces de Neón son lo único que dan vida a las calles y evitar una depresión que podría adueñarse de todos.

De entre todos los locales, en una taberna se escucha como un vidrio se rompe. En el interior, un chico vestido con camisa blanca sin fajar y una corbata, un pantalón de vestir negro y gabardina de color café, entregaba un par de billetes al dueño, consciente de el daño de propiedad que había causado. Al salir, levantó a la persona que salió disparada de la ventana para llevarsela sin darse cuenta que dos personas lo seguían.

Las calles se encontraban totalmente vacías y es cuando aquellas personas se revelaban enfrente de él acorralando al chico. Sin embargo, no se sintió intimidado.

- Estás muy lejos de casa ¿No crees, chico? - Comentó uno de los maleantes. - Ahora, ¿Qué tal si dejar ir a nuestro compañero y olvidamos que esto...?

- ¿Shuichi Iguhi alias "Spinner" y Kenji Hikiishi alias "Magne"? - Cuestionó interrumpiendo el chico.

- ¿Y qué si es así? - Replicó Kenji Hikiishi.

- A ambos se les busca por tráfico de drogas y de armas en los barrios de Tokio. Vendrán conmigo para procesamiento. - Contesto el chico intimidado a los criminales.

- ¿Y si nos rehusamos?

El chico levantó su mirada mostrando sus ojos verdes con un gesto de disgusto pero no intimidaba a nadie por su rostro infantil. Las risas no se hicieron esperar haciendo eco por la calle vacía pero, entonces, el chico dejo salir un gran suspiro mientras dejaba ver su arma.

- Puedo llevarlos calientes o puedo llevarlos fríos. - Dijo el chico tocando el arma.

- Es suficiente, Midoriya. - Comentó una voz detrás del peliverde. - Nosotros nos encargamos desde aquí. Espera en el auto.

- Con gusto, detective Kirishima. - Fue la contestación. - Buena noche, detective Bakugo.

- Al menos esta vez seguiste las órdenes. - Dijo Bakugo sin expresión alguna.

Mientras los detectives Bakugo y Kirishima detenían a los criminales, Izuku esperaba en el auto mientras observaba la ventana. Inclusive durante el viaje, el peliverde seguía pegado a la ventana observando a los pobres y los ricos; la dualidad de la sociedad.

- ¿Has reposado bien, Midoriya? - Preguntó Kirishima.

- Así es... Aunque he experimentado algo raro. Algo a lo que ustedes llaman "sueño". - Fue la contestación.

- Eso es imposible. Eres un Autómata, no puedes soñar. - Menciono Bakugo sin despegar su mirada del camino.

Izuku no dijo palabra alguna como ignorando lo dicho por el cenizo. Una vez en la estación, tanto el peliverde como los otros dos detectives llenaban el papeleo necesario para los criminales. Después de eso, el Autómata salió de la estación pero no se dirigió a su casa. Continuó caminando hasta llevar a un club nocturno de nombre "Mustafu".

Dentro, había una gran cantidad de gente, casi que no se podía pasar entre ellos. Izuku estaba en busca de alguien por eso es que se adentraba dentro de la multitud pero, todo se complicó cuando las luces se apagaron y todo se hundió en gritos eufóricos. Un grupo de unas cinco personas aparecieron en el escenario.

Un sonido, casi de la época de los '80s comenzó a sonar. En el medio, una chica de unos 154 cm de altura, pelimorada y una ropa de cuero pasaba al frente a tomar el micrófono. Izuku no parecía prestarle atención mientras se adentraba más y más, fue solo hasta que el canto de la chica hizo que el Autómata dirigiera su atención hacia el frente.

(Who You Run To. - The Bad Dreamers)

"I don't know who you run to but I won't get in your way
Somehow I Guess I Loved You
Too much too soon
Too little too late".

La luz violeta se enfocaba en los dos, Izuku  no sabía por qué pero tenía una sensación tenía, pero era algo que alguien como el pudiera sentir. Una vez el show termino, el grupo se encontraba en el backstage. En su camerino, la pelivioleta se quitaba un poco de sudor mientras tomaba una cerveza.

- Kyoka, ¿Estás lista para irnos? - Preguntó un rubio nerviosamente.

- Cálmate, Kaminari. ¿Por qué tanta prisa? - Cuestionó Kyoka preocupada. - Aún no nos han dado nuestros créditos.

- ¡Oiga, no puede estar aquí!

Izuku entraba al camerino de la pelimorada. Ambos cruzaron sus miradas pero el peliverde dirigió la suya a la persona de a lado. Kaminari estaba asustado, lo podía notar por el exceso de sudor en su frente y la tartamudez en su voz.

- Denki Kaminari, tienes cargos por el abuso de tres chicas y tráfico de drogas. Ahora, si presentas resistencia alguna, puedo llevarte caliente o puedo llevarte frío.

Desde Tokio Con Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora