El Autómata.

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- Ahora, si presentas resistencia alguna, puedo llevarte caliente o puedo llevarte frío.

Fue lo que Izuku dijo para intimidar al rubio. Kaminari, en desesperación, tomó como escudo a la pelimorada, algo que sorprendió a las personas detrás de Izuku, pero el peliverde se mantuvo estoico en todo momento.

El rubio gritaba que lo dejarán pasar y que nadie lo siguiera después de esto. Para asegurar esto, Kaminari aventó a Kyoka hacía el Autómata causando que cayera al suelo inmovilizandolo temporalmente.

Esto le dió una ligera ventaja al rubio que parecía escaparse pero no sabía que Izuku no era humano. Él peliverde lo perseguía mientras la lluvia comenzaba a caer llevando a Kaminari a un edificio abandonado. Estaba totalmente oscuro, aún así, el Autómata se adentro en el mismo sabiendo que tenía altas probabilidades de perecer.

El edificio estaba a punto de derrumbarse, las escaleras estaban deterioradas y algunos de los pisos estaban parcialmente destruidos. Era imposible distinguir los movimientos de Kaminari por los sonidos ambientales alrededor. Había también ratas que confundida aún más Izuku.

Disparos sonaron hiriendo al peliverde en la pierna y en sus hombros. Kaminari claramente conocía los alrededores poniendo en desventaja al Autómata haciendo que pensará, aún más, su siguiente movimiento. Aunque Izuku se preguntaba cómo el rubio era capaz de verlo en la obscuridad.

- Debiste dejarme ir, amigo. - Dijo Kaminari a la distancia. - Pero soy misericordioso... Te dejaré ir si olvidas que me viste.

Pero no hubo respuesta alguna por parte del peliverde. Debido al silencio, Kaminari comenzó a moverse, pero sin bajar la guardia. El sonido de las gotas de agua entraban desde el techo deteriorado poniendo más en alerta al rubio.

La tormenta se volvía aún más intensa con rayos y truenos haciendo más intensa la persecución, pero el peliverde no se dejaba ver por ninguna parte. Ni había rastros de sangre que bien pudo haber dejado atrás. Kaminari se relajo bajando el arma y dejando salir un suspiro de tranquilidad y, al voltear, un rayo reveló la imagen de Izuku detrás de él. El Autómata de lanzó había el rubio rompiendo una ventana y cayendo dos pisos.

Una caída desde esa distancia sería lo suficiente paga que un humano común y corriente perdiera la vida, pero ambos estaban totalmente bien. Izuku dejaba ver parte de su anatomía con la piel plateada y un ojo de color rojo en lugar de su pupila verde pero, lo más curioso de esto, Era Kaminari quien cayó en una cerca metálica dejando caer sangre azul, sangre que distingue a un Autómata de un humano.

- Eres un Autómata. - Mencionó Izuku estoico.

- Si, igual que tú. Solo que yo, quiero vivir. - Dijo Kaminari entre risas.

- ¿A qué te refieres? - Preguntó Izuku un poco intrigado.

- Como Autómatas, nuestro límite de vida son cinco años desde que somos creados. Pero él, el busca que nos dejen vivir a nuestra manera. - Fue la contestación.

- ¿De quién estás hablando?

Pero el rubio no complació al peliverde con una respuesta. Unos pasos comenzaron a escucharse haciendo que Izuku volteará a ver: era la pelimorada. Estaba sorprendida, y a la vez aliviada, de ver a Kaminari inmovilizado. Izuku se sentó en el suelo para que después la chica se sentará.

- No sabía que era un Autómata. - Comentó la pelimorada decepcionada. - Me llamo Kyoka Jiro y soy cantante de "Earphone Jack".

- Detective Izuku Midoriya. - Correspondió con amabilidad el Autómata.

- ¿Un detective Autómata? No sabía que los había.

- Por qué no las hay. Soy el único.

A la distancia, se escuchaban sirenas. Izuku se levantó ayudando también a la pelimorada. Los detectives Bakugo y Kirishima tomaban nota de las declaraciones de Kyoka mientras el peliverde ponía a Kaminari en modo de espera para impedir que se moviera. Después de esto, todos comenzaban a retirarse.

- Espero verte otra vez, Izuku Midoriya. - Dijo la pelimorada.

El peliverde no dijo una sola palabra, solo le asintió con su cabeza mientras entraba al auto. Observaba de nuevo las calles; la manera en que interactúan entre sí las personas y Autómatas mientras imágenes de las cuales Izuku no tiene conocimiento alguno, comenzaron a pasar por su mente. La mano del Autómata se movía de forma involuntaria, algo que noto el detective Bakugo.

Izuku entro en modo de espera también para solucionar este problema, pero las imágenes no se iban, se iban haciendo más claras pero, el no sabía lo que era. No eran de su pasado, no fueron de su presente... ¿Son tal vez de su futuro?

Desde Tokio Con Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora