4. Brina

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El domingo estaba envuelto de un sabor agridulce. Harry partía al día siguiente, y aunque ambos se volverían a ver en unas semanas, Louis no tenía ganas de pasar lejos de él ni un segundo de su vida.

La fiesta de ayer terminó bastante tarde, justo a las 6 de la mañana, cuando Tita salió de su habitación mirando a Tanner con desaprobación.
Ellos dos no la habían pasado mal, tuvieron su sesión de besos con sabor a gin tonic, una charla larga sobre su futuro y algunas ideas de decoración que flotaban en sus cabezas.

Harry era el que más emocionado estaba, uno no se muda todos los días con su mejor amigo;  y menos después de haber pasado ese tipo situación.

Probar los labios del otro después de conocerse hace más de quince años no es poca cosa.

Louis estaba acostado en su cama, pensando, con los ojos cerrados. El rizado, para ese entonces, recién había empezado a armar su valija, su nueva vida lo estaba esperando.

En ese momento, el toc toc de
la puerta devolvió a Louis a la realidad.
Su hermano estaba apoyado en el marco.

—¿Qué pasa, hermano? –preguntó el mayor.

—Quería avisarte que hay alguien en la puerta, es ella.

—¿Ella quién?

Tanner arrugó un poco la nariz.

—Brina.

Su ex novia. Sabrina, estaba en su casa. Se paró muy rápido y se puso la primera remera que encontró.

—¿Le digo que suba?

—Eh. Si, mejor. Gracias, Tann.

Pasaron dos minutos y una figura esbelta fue intrusa en el campo visual de Louis. Era ella, casi igual que hace un año atrás, la última vez que la vió.

—¡Lou! tanto tiempo.

El nombrado sonrió y aceptó el abrazo que su ex le propuso. —Hola, Sabri.

love, Louis. | LS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora