3. ¿Vamos a hablar de lo que pasó?

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Otra vez se encontraban en una fiesta en dónde no querían estar.

Faltaban ahora tres semanas para la mudanza, y para colmo, Harry se iría en estos días para instalarse con anterioridad y ya empezar su cuatrimestre, que comenzaba el 15 de marzo.

Lo peor, era que la fiesta se estaba haciendo en el patio de la casa de Louis.

El anfitrión subió a armar tabaco en la casa del árbol que Marcos les construyó cuando eran chicos. Armó mirando el disturbio de gente desde un ángulo más alto. No observó que su rizado amigo subió atrás de él.

—¿Qué onda? ¿Querés estar solo? –le preguntó Harry, expectante.

—Sí, pero me gusta compartir la soledad con vos. ¿Te armo un cigarro?

—Bueno, dale. Por favor. Flo me contó que no tenías ganas de que se arme esto hoy, yo no te ví en todo el día. Realmente no sabía, Lou, sino ni venía.

El nombrado le alcanzó un cigarrillo a Harry, perfectamente armado. Suspiró.

—No tengo ganas porque tengo algunos presentimientos raros, ¿sabes? solamente quiero cosas tranquilas, al final, pensé que iba a ser una fiestita tranqui y son como 100 personas ya.

Harry le pasó el encendedor a su amigo.

—Yo me voy a ir el lunes, al final. ¿No tenes ganas de venir ya conmigo?

—Aún no, Hache. Mi abuela Tita está bastante triste porque nos vamos, si adelanto el viaje se pondría peor. El lunes es pasado mañana.

—Eso es un punto.

Ambos fumaron en silencio, logrando aislarse de la música tan fuerte que Tanner estaba pasando. Sentados en el piso de la casita, observaron como el viento cerró la puerta. Ahora sí estaban más aislados.

—¿Vamos a hablar de lo que pasó el otro día? –preguntó el menor, arrugando la nariz. —Digo, porque estaría bueno.

Louis se hizo el desentendido, frunció el ceño y luego relajó la mirada.

—¿Del beso decís?

—Sí. Nunca nos habíamos besado antes. Y además salió bastante espontáneo.

El mayor seguía fumando estupefacto, la verdad es que no pensó que Harry lo iba a confrontar de esa manera.

—Que se yo, Hache. Pintó, ¿no? Es más fácil dejar todo como está, amigo.

El nombrado tragó saliva mientras dejaba a un costado su cigarro apagado recientemente. Se acercó hasta Louis, logrando que se encuentren otra vez en la misma situación.

Louis le miró los labios. No sabía que venía pasando, quizá su mal humor de esos días existía porque Harry estaba pronto a irse. Porque, obviamente, lo extrañaría, ambos pasaron literalmente su vida codo a codo.

Pero quizá, lo que más extrañaría eran los roces que le erizaban la piel, ver así de cerca esos labios quería que fuera su nueva rutina.

Cerró los ojos.

—No podemos, Harry.

—Lou, hace un año que no estás de novio. Solamente quiero que me des un beso, si vos no querés es otra cosa, pero no digas que no podemos.

—No es que no quiero.

Musitó Louis de vuelta, pero está vez con los ojos abiertos. Observó como Harry se acomodaba para incorporarse e irse de vuelta a la fiesta, suspirando.
Pero en ese mismo instante, el pensamiento de Louis desbarrancó y lo único que resolvió fue pensar "ya fue"

Agarró a Harry por el brazo, y con un leve tirón, le rodeó la cintura. Las largas piernas del rizado lograron acomodarse a los costados del cuerpo del mayor, encontrando una posición cómoda. Ambos se seguían mirando, no descuidaron el contacto visual ni un segundo.

—Decime algo. Si nos volvemos a besar, ¿va a cambiar algo entre nosotros?

—No lo creo, Harry. En este momento no puedo pensar en otra cosa, lo que venga será atendido en un futuro. Además… —carraspeó.– nos besamos hace unas semanas y no cambió nada.

—Entonces besame, Louis. Yo sé que desde aquella vez en el baile no dejaste de pensar en mí. Despedime de tus besos, aunque sea por unas semanas.

Louis lo atrajo más hacia él y le dió un primer beso intenso, fuerte, con ganas. Con éxtasis.

Harry siguió sin dudarlo un segundo, pensando en que su anhelo de los últimos días estaba ocurriendo.
Disfrutando la calidez de los labios de su mejor amigo.

Louis lo tomó como una despedida, no sabía porqué, pero en el fondo sabía que estas semanas sin él se le harían larguísimas.

Y Harry, empezó a entender que lo más simple era esperar por él. No lo besaría más hasta que estén solos en su casa.

Louis cortó el beso, sonriéndole al rizado.

—Esperame acá, voy a buscar algo para tomar. Creo que me gusta estar más acá que abajo.

Harry se quedó sentado y con los labios hinchados.

Claro que lo esperaría.
Pensaba que, quizá, las cosas entre él y Louis el mes que viene sean distintas.

love, Louis. | LS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora